La economía mundial puede haberse contraído un 5% en el primer año de la pandemia, lo que aumentará en 120 millones el número de personas que viven en la pobreza. Las perturbaciones económicas en los países de bajos ingresos suelen aumentar las muertes entre los grupos vulnerables, como los niños pequeños y las personas mayores.

La pandemia ha tenido un impacto indirecto debido a las interrupciones de los servicios sanitarios esenciales.

Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio vincularon los datos del PIB per cápita con 5,2 millones de nacimientos, reportados entre 1985 y 2018. La mayoría se produjeron en países de ingresos bajos y medios.

Después, aplicaron las proyecciones de crecimiento económico del Fondo Monetario Internacional para 2019 y 2020, con la finalidad de predecir el efecto de la recesión económica sobre las muertes infantiles en 128 países en 2020.

Los resultados apuntaron a que morirían 267.208 lactantes más en los países de ingresos bajos y medios. Unas consecuencias que son más graves en ocho países situados en el sur de Asia, sobre todo en la India, donde se producen el mayor número de nacimientos anuales y un déficit económico especialmente grande.

Aunque el estudio se ha centrado en el probable impacto de crisis provocada por la pandemia en la supervivencia infantil, los autores señalan que es probable que otros grupos vulnerables se hayan visto afectados.