Hasta ahora, el camino más común para la investigación de Alzheimer pasaba por buscar la manera de acabar con una agrupación de oligómetros, que forman una cadena de proteínas para, finalmente, convertirse en depósitos más grandes; conocidos como placas.

No obstante, ahora un equipo científico de la Universidad de Washington ha descubierto que el agravante de los trastornos cognitivos relacionados con la enfermedad se encontraría en los monómeros beta-amiloides. En este caso, se trata de los agregados más pequeños que participan en la formación de placas. Una serie de proteínas producidas por las neuronas, que sin embargo, en un cerebro sano realizarían todo tipo de tareas.

Para actuar contra estos monómetros, se han creado unos inhibidores, conocidos como péptidos sintéticos, que atacan estas agrupaciones en sus momentos de mayor toxicidad: antes de que comiencen a formarse; y en el momento en que los oligómetros ya se han unido.

Gracias a estos nuevos análisis, se ha descubierto, no solo la efectividad de estos péptidos sintéticos, que derivan en una estructura conocida como lámina alfa; sino que la causa más probable detrás del Alzheimer se encontraría en estos oligómeros beta-amiloides.

En palabras de los propios investigadores, este nuevo procedimiento, que abre la puerta a numerosos estudios para tratar casos de Alzheimer, pasa por “diseñar y construir láminas alfa sintéticas con estructuras complementarias para inhibir la agregación y la toxicidad de la beta amiloide, mientras se dejan intactos los monómeros biológicamente activos”.

De esta forma, los autores del estudio pretenden atacar los oligómetros tóxicos, antes de que comiencen los primeros síntomas de Alzheimer, lo que, de esta forma, permitiría anticiparse a la enfermedad.