Los pacientes con cáncer no suelen morir por el tumor primario, sino por las metástasis, incluso después de haber sido operados con éxito del tumor. Esto se debe que las células cancerosas se extienden a otras partes del cuerpo al principio de la enfermedad, cuando el tumor todavía es muy pequeño. Se desprenden de la matriz extracelular y migran a los vasos linfáticos o sanguíneos próximos que las transportan a nuevos tejidos, donde se asientan y proliferan.

Comprender cómo funcionan los mecanismos moleculares de la metástasis es una pieza clave del rompecabezas que supone la lucha contra el cáncer. Hace más de diez años, estos mismos investigadores descubrieron el MACC1, un gen asociado a la metástasis en el cáncer de colon. Este gen aumenta su capacidad para proliferar y desplazarse. Así, el MACC1 es un factor clave del crecimiento tumoral y la metástasis en más de 20 tumores sólidos como el gástrico, el hígado y el de mama.

Ahora, estos mismos investigadores han descubierto lo que podría interrumpir su progresión metastásica en estos casos: las estatinas. Unos medicamentos que se prescriben para reducir el colesterol y que también inhiben la expresión de MACC1 en las células tumorales.

Para llegar a esta conclusión administraron este fármaco a ratones modificados genéticamente para tener una mayor expresión del MACCC1 y consiguieron suprimir casi por completo la formación de tumores y metástasis. Los investigadores también examinaron los datos de 300.000 pacientes a los que se había recetado estatinas y encontraron una correlación en la incidencia de cáncer.

Sin embargo, los investigadores desaconsejan tomar estatinas como medida preventiva sin consultar previamente a un médico para evitar efectos secundarios graves.