Una investigación dirigida por el director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), Valentín Fuster, y cuyo autor principal ha sido el investigador del CNIC y director de Nutrición y Genómica en el Centro de Investigación de Nutrición sobre el Envejecimiento Jean Mayer Human-USDA en la Universidad de Tufts (Estados Unidos), José M. Ordovás, muestra que las personas que duermen menos de seis horas pueden tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, en comparación con aquellas que lo hacen entre siete y ocho horas.

El estudio, cuyo autor principal ha sido el investigador del CNIC y director de Nutrición y Genómica en el Centro de Investigación de Nutrición sobre el Envejecimiento Jean Mayer Human-USDA en la Universidad de Tufts (Estados Unidos), José M. Ordovás, ha utilizado técnicas de imagen para detectar la prevalencia y la tasa de progresión de las lesiones vasculares subclínicas en una población con una edad media de 46 años.

Todos los participantes estaban libres de enfermedad cardíaca conocida y dos tercios eran varones y usaron durante siete días un actígrafo, un pequeño dispositivo que mide de forma continua la actividad o el movimiento, para medir las características del sueño.

Los cerca de 4.000 participantes se dividieron en cuatro grupos: los que dormían menos de seis horas, de seis a siete horas, de siete a ocho horas y los que dormían más de ocho horas. Además, se sometieron a ecografías cardíacas en 3D y tomografías computarizadas (TC) para detectar la presencia de enfermedades cardíacas.

De esta forma, el trabajo, publicado en 'The Journal of American College of Cardiology', descubrió, después de considerar los factores de riesgo tradicionales para la enfermedad cardíaca, que los participantes que dormían menos de seis horas tenían una probabilidad de un 27 por ciento mayor de tener aterosclerosis en todo el organismo, en comparación con los que lo hacían de siete a ocho horas.

Del mismo modo, aquellos que tenían una mala calidad de sueño tenían una probabilidad de un 34 por ciento mayor de tener aterosclerosis, en comparación con aquellos que tenían una buena calidad de sueño. "La medicina está entrando en una fase fascinante. Hasta ahora hemos tratado de entender las enfermedades cardiovasculares, pero, gracias a estudios como 'PESA CNIC- Santander', estamos comenzando a entender la salud", ha comentado Fuster.

El sueño, una herramienta más contra las enfermedades del corazón

Y es que, según ha destacado Ordovás, desde hace años se sabía la relación entre una buena nutrición y la salud cardiovascular, sin embargo no había tanta información acerca de la relación entre el sueño y la salud cardiovascular.

Si bien, estudios previos ya han demostrado que la falta de sueño aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular al incrementar los factores de riesgo de la enfermedad cardiaca, como los niveles de glucosa, la presión arterial, la inflamación y la obesidad.