La investigación ha constatado que la imprevisibilidad y la incertidumbre de la pandemia, el colapso económico y las medidas para la contención del virus pueden aumentar el riesgo de problemas de salud mental e incrementar la desigualdades en el acceso a los servicios de salud.

La investigación describe la adaptación que se ha llevado a cabo a nivel internacional para ajustar la prestación de atención en salud mental a las demandas relacionadas con el Covid-19.

Este nuevo escenario implica un nuevo planteamiento de recursos y estrategias también en el ámbito de la salud mental. Los investigadores inciden en que será necesario potencial la telepsiquiatría, la hospitalización domiciliaria y la atención a grupos vulnerables.

"La difusión de buenas prácticas podrá resultar en una atención equitativa, convirtiendo esta pandemia en una oportunidad para mejorar la atención en salud mental", ha afirmado Carmen Moreno, autora principal del trabajo, psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón y coordinadora del Programa del Niño y del Adolescente del área de Salud Mental del CIBERSAM.