Dentro de poco podría empezar a diagnosticarse el Alzheimer a través de los ojos. Porque un nuevo estudio ha descubierto pequeños cambios en la parte posterior de los globos oculares, que indicarían el comienzo del deterioro cognitivo.

Los primeros resultados de esta investigación surgieron cuando, gracias a cámaras infrarrojas, se detectaron unos cambios vasculares, que consistían en la reducción de los capilares sanguíneos dentro del ojo. Unos cambios que podrían ir de la mano con la detección previa de Alzheimer, como informaban los autores del estudio a través de la revista Plos One.

Los pacientes con Alzheimer ven reducido el fluido de sangre a la retina, del mismo modo que los vasos sanguíneos de los globos oculares ven reducida su densidad. No obstante, de momento aún se desconoce si los cambios observados a través del análisis con luces infrarrojas podrían explicar el futuro desarrollo de Alzheimer, o tan solo serían un síntoma de deterioro cognitivo.

No obstante, como declaraban sus autores, este estudio podría suponer “haber hallado un biomarcador nuevo para identificar posibles futuros casos de desarrollo del Alzheimer.” Algo que derivaría en “un seguimiento mucho más cercano de estas personas, que podrían convertirse en los primeros candidatos de nuevas terapias enfocadas en frenar el progreso de la enfermedad, o a eliminar la demencia asociada al Alzheimer.”