El número de audiolibros ha crecido exponencialmente alcanzando un volumen significativamente mayor al que había hace solo unos años.

Este crecimiento refleja una creciente demanda y una mayor aceptación en el consumo de otros formatos donde cada vez más personas optan por la comodidad y accesibilidad que ofrecen los audiolibros.

Narradores de primera fila prestan su voz, e incluso los propios autores de las novelas son los responsables de llevarlas al formato sonoro.

Además, la mejora en la calidad de las narraciones y la amplia variedad de géneros disponibles han contribuido a esta expansión. Al escuchar las voces en vivo, los detalles ganan en dimensión dramática, guiándote por su trama.

Un ejemplo es El maestro de azúcar, de Mayte Uceda, una historia colonial donde hay unos personajes que emigran desde un puerto del norte de España a una plantación azucarera de la Cuba de finales del siglo XIX. Su narradora, Neus Sendra, nos ofrece un fragmento del audiolibro.

Otro caso es Por si las voces vuelven, de Ángel Martín, narrado por el autor. El humorista nos habal de la salud mental de forma abierta dejándonos notas inéditas.

Asimismo, Olivia Vivesnarra Castigo, de Carme Chaparro, un thriller que lo convierte en una opción ideal para escuchar en esos momentos cotidianos como el trabajo, las tareas del hogar o acompañarte a tus trayectos diarios.

No cabe duda que los audiolibros nos ofrecen una experiencia única que nos permite sumergirnos en la historia de una forma muy diferente.