El dietista-nutricionista Carlos Ríos, ha conseguido que miles de personas se sumen a eliminar de sus dietas el consumo de ultraprocesados revolucionando las redes con su movimiento 'Realfooding'. Con tan solo 31 años, este joven huelveño, es autor de dos bestsellers, 'Cocina comida real' y 'Come comida real'. Ahora, su último lanzamiento 'Pierde grasa con comida real', invita a todos aquellos interesados a conocer toda la información sobre la pérdida de grasa de forma saludable y a largo plazo, y como no, comiendo comida real.
Ríos pretende que sus lectores sean conscientes de la realidad del “Matrix del adelgazamiento”, es decir, todo ese entorno que vende dietas milagrosas para adelgazar o suplementos con los que, además de no perder peso a largo plazo, pueden dañar la salud. "Hay que saber detectarlo para poder evitarlo y tener una pérdida de grasa de forma saludable", afirma el autor.
Uno de los papeles fundamentales para la pérdida de grasa es la motivación, que según el dietista puede verse afectada como consecuencia de las redes sociales que proyectan cambios corporales radicales en poco tiempo, lo que lleva a que muchas personas acaben dejando sus propósitos de adelgazar frustrados por la ausencia de esos cambios.
Para adelgazar se necesita un déficit calórico, pero la solución no está en dejar de comer de forma tajante. 'Pierde grasa con comida real' motiva al lector a llevar un déficit calórico progresivo, moderado y acompañado de hábitos, es decir, ayuda a "centrarse en una pérdida de grasa progresiva, centrada en la creación de hábitos y en la que preserve nuestro bienestar físico y mental para que esto sea más duradero y no abandonemos a la primera de cambio".
Carlos Ríos relaciona algunos de estos hábitos con una buena alimentación, buen entrenamiento físico, como el de fuerza, y un buen descanso, que pueden generar un déficit calórico a largo plazo y de esta forma, perder grasa y no volver a recuperarla.
Pero perder grasa también está asociado a muchos otros factores que no son solo el peso, también el estado emocional, la condición física, aprender a comer mejor... y todo ello hace que la visión de la pérdida de grasa se vaya volviendo más globalizada.