Escalera interior es el murmullo de los patios de luces que recogen olores de guisos, ruidos de cacharros y cucharones, risas y confidencias susurradas a media voz... Es el murmullo que recoge nuestra rutina, la de la gente de a pie, en esas realidad pequeñas que son las que esconden las grandes historias.
Las que durante años, Almudena Grandes imaginó y regaló a sus lectores a veces como narraciones, otras como escenas y otras más como crónicas, levantaba vidas que merecían ser contadas.
Estas historias también nos ayudan a conocer mejor a la mujer detrás de la escritora. Esa que siempre supo vernos, narrarnos, entender las miserias y las grandezas humanas que ocultan cada uno de esos rostros con los que nos cruzamos por la calle.
Para este libro recopilatorio de los artículos que escribió en prensa escrita a través de El País Semanal, muchos compañeros y amigos de la fallecida autora han recordado su gran figura.
"Su literatura era comunidad, era vida de un edificio, era vida entre vecinos y, al mismo tiempo, su literatura era una indagación interior. La historia no solo está en las fechas o en los grandes acontecimientos, sino en los pequeños detalles", nos define Luis García Montero.
"La historia que pasa desapercibida, que no tiene un gran titular, pero que de esa microhistoria humana, ella sí que puede hacerte un titular universal", explica Leticia Dolera.
"Te haces una idea muy clara de cómo era ella como mujer, como persona, como activista", asegura Carmen Machi sobre Escalera interior.
"Escalera interior refleja la visión política de Almudena, su preocupación por lo que ocurría en la comunidad", añade Juan Diego Botto.
"Su legado es esto de ese mundo que nos ha dejado y que es una pena que no haya podido continuar", lamenta Luis Landero.
Y es que, como nos señaló la escritora en su día: "Mis protagonistas son personas pequeñas, personas corrientes, normales... Héroes y heroínas que no lo parecen y que no encajan en la visión épica de la historia".