Tras el éxito de 'Ellas', Esteban González Pons publica su segunda novela, 'El escaño de Satanás', un retrato social de la política española, una novela que el político reconoce que "no podía no escribir".
González Pons sitúa la acción en un presente similar al nuestro. El autor nos descubre una cripta bajo el sótano del Congreso de los Diputados y, en su interior, la tumba de una dama sin rostro, sin nombre y sin cruz.
El autor define su segunda novela como "un esperpento" y una "caricatura". Y es que ha querido representar el daño que sufre la política española por la desaparición de los consensos entre la derecha y la izquierda.
La novela parte de unos hechos reales tan desconocidos como estremecedores, y es que el Congreso de los Diputados sobre el que se decide el futuro del país fue en la antigüedad un antiguo enterramiento.
González Pons fue testigo en primera persona del descubrimiento de los restos humanos que se encontraron durante unas obras en la biblioteca del Congreso. Los restos que se encontraron confirmaron que debajo del hemiciclo está el antiguo cementerio del Convento del Espíritu Santo.
Por si no fuera poco, también se encontraron cadáveres de perros y gatos disecados tras en espacios entre los pisos. En este contexto González Pons, que se encontraba en el lugar de los hechos, se vio inspirado para volver a la narrativa con una novela tan potente como estremecedora.
La protagonista por antonomasia de esta novela es la Marquesa del Valle de Oaxaca, un personaje fundamental en la política española de la época de las Cortes de Felipe II y Felipe III que aparece en el Congreso bajo la forma de un vampiro. González Pons desarrolla una trama en la que Satanás tiene un escaño en el Parlamento español.
Esta es una novela "sobre una España que no existe", pero que se parece mucho "a la de hoy". El autor hace una metáfora, un esperpento de la política contemporánea, y una reflexión sobre lo que estamos haciendo bien y lo que puede mejorar.
El libro está dedicado "a la Política" con mayúscula, aquella en la que siempre "ganan los buenos" y que todos desearíamos tener.
El proceso de escritura ha sido largo y sacrificado, y es que Esteban González Pons realizaba jornadas de escritura de 6 a 8 de la mañana antes de acudir al trabajo y durante fines de semana y periodos vacacionales. "Para mi escribir es algo más que un oficio. Para mi escribir es una forma de vivir".