Un compromiso que demuestra, una vez más, a la Diputación Foral de Gipuzkoa (DFG) y a los promotores de la construcción de una incineradora en Zubieta que existen alternativas para la gestión de las basuras que no son contaminantes ni nocivas, y que resultan mucho más económicas. 

Gipuzkoa se encuentra actualmente inmersa en un debate en el que la incineración amenaza su desarrollo futuro. La inversión prevista para la incineradora e instalaciones asociadas a Zubieta, rondan los 400 millones de euros. La planta de Zubieta quemaría 215.000 toneladas al año de residuos. Sin embargo, en la provincia se generan alrededor de 261.000 toneladas/año, lo que indica que el 83% iría a incinerar. 

Estos datos revelan cómo la Diputación Foral de Gipuzkoa y algunos grupos políticos quieren que la quema sea prácticamente la única opción de  gestión de residuos. Este hecho es más grave aún si se tiene en cuenta que va en contra de lo marcado por la jerarquía de gestión de la Directiva Marco de Residuos y que cuenta con el rechazo popular, además de ignorar las evidencias científicas y económicas que desaconsejan instalaciones de este tipo.

El sistema de recogida por medio del quinto contenedor que pretende instaurar la DFG ha mostrado, en más de 600 municipios de todo el país, su ineficiencia frente a la recogida PaP. Sus ratios de recogida son del 35% (con un rango entre el 20-50%) frente a más del 70% (con niveles de hasta el 90%) del sistema PaP, que ha demostrado ser un sistema eficaz, que crea empleo y es más sostenible.