Desde Hazte Eco nos hacemos esta pregunta tras conocer que Madrid ya ha superado los límites establecidos para 2011. El sistema, exportado por los israelíes, todavía no ha sido utilizado en la Unión Europea. El proceso consiste en la fusión del yoduro que provoca que las gotas de agua se condensen, pesen más y caigan en mayor cantidad.También es posible cubriendo una superficie con un material térmico que absorbe la luz del sol. Así, aumenta la temperatura del aire y se generan nubes que terminan provocando precipitaciones.

La lluvia artificial se consigue lanzando desde tierra o por avión cartuchos con yoduro de plata a las nubes. El yoduro de plata es un catalizador que al contactar con las nubes genera una reacción química que libera el hidrógeno y éste, junto al oxígeno de la atmósfera, forma agua. Quienes lo han utilizado, como sucedió durante los Juegos Olímpicos de China, afirman que  este método es inocuo, ya que no altera la composición del agua.

En países como Israel, China o Estados Unidos para aliviar las sequías, ayudar en la extinción de incendios o minimizar la contaminación se provoca lluvia de manera artificial.

Durante los JJ.OO la lluvia artificial supuso el 11% de las precipitaciones caídas gracias a 7.000 cañones y 5.000 lanzacohetes para lanzar el yoduro. Pekín aumentó en 2006 las reservas de sus embalses en 29 millones de metros cúbicos gracias a la lluvia artificial, según datos de la Oficina de Manipulación del Tiempo local.

Sin embargo, la organización ecologista Greenpeace, considera que aunque no es excesivamente dañina para el medio ambiente, "es una solución demasiado rápida para solucionar los problemas ecológicos ". El yoduro de plata es una toxina y por tanto puede ser perjudicial para la salud, pero en cantidades pequeñas  no supone una amenaza.

En este mismo sentido, la Comunidad de Madrid se planteó en 2006 la posibilidad de bombardear las nubes en el embalse de El Atazar con yoduro de plata para incrementar las lluvias, siguiendo este método pionero en el mundo que se hace en Israel desde hace 30 años y que permite aumentar hasta en un 19% el volumen de agua de las precipitaciones. 

La empresa pública israelí Mecorot, que se ocupa del abastecimiento y la gestión del agua en el país, puso en marcha un proyecto para crear lluvia artificial llamado Geshem –lluvia en hebreo-.  Actualmente se utiliza en el mar de Galilea, situado en la región del Próximo Oriente, y perteneciente a Israel.

Mecorot realizó una serie de estudios matemáticos y análisis vía satélite mediante los que se descubrió qué nubes son las más idóneas para el "bombardeo", y cómo se desplazarán en las horas siguientes según los vientos y corrientes que existan en ese momento.