En una rueda de prensa, el presidente del Patronato, Esteban Esquinas, ha afirmado que el Parque no pasa por una buen momento y que por estas fechas, el año pasado la superficie inundada ascendía a más de 450 hectáreas.

Ha comentado que en conjunto se ha acordado apoyar la solicitud de la Comisión Mixta de los Parques Nacionales de derivar 20 hectómetros cúbicos procedentes del Acuerdo Tajo-Segura a través de la conducción a la Llanura Manchega. Una decisión que no ha contado con el respaldo de los grupos ecologistas, quienes han justificado su voto en contra por la necesidad de abordar una profunda reforma del regadío en la cuenca del Alto Guadiana.

Déficit de agua

El Acuífero 23 (la unidad central y una de las piezas clave del sistema hidrológico de la Cuenca Alta del Guadiana) presenta en la actualidad un déficit de 1.275 hectómetros cúbicos de agua y, por ello, se han analizado los escenarios de gestión que se pueden suceder en el futuro y las propuestas de actuación. Entre ellas, Esquinas ha comentado que se va a poner en marcha de manera preventiva la batería de sondeos, con el objetivo de evitar la autocombustión de turbas, es decir, de la materia orgánica depositada durante miles de años bajo el humedal, como ocurrió en 2009 y provocó un gran daño ambiental en este espacio protegido.

La sequía dura ya seis años que, unida a la sobreexplotación de los recursos por parte de los agricultores, deja una situación muy delicada en esta zona. Tanto que, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico va a aumentar el control del uso del agua y detectar las irregularidades a lo largo de 5.000 kilómetros cuadrados por lo que se distribuye el Acuífero 23.

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