Por este motivo, además del aumento de temperatura, los niveles actuales de dióxido de carbono son más altos de lo que creía por lo que el deshielo de la Antártida avanza a mayor velocidad de la esperada.

Estas conclusiones son el resultado de un estudio que incluye la reconstrucción climática de la Antártida hace millones de años y que ha sido posible con la coordinación de las universidades de Massachusetts y la estatal de Pensilvania así como del instituto de investigación geológica GNS Science de Nueva Zelanda.

La reconstrucción de las condiciones climáticas de los orígenes de la Antártida permitió a los científicos recrear la evolución histórica de las capas de hielo en el continente, con lo que se pueden comparar las condiciones bajo las cuáles se originaron con la situación en que se encuentran ahora.

Antes de que hubiera hielo, es decir, cuando la temperatura era demasiado alta como para que se formara ese hielo, la temperatura en la Antártida era solo entre 3 y 4 grados celsius más alta que hoy.