Las corrientes oceánicas están continuamente transportando los desechos que el ser humano genera, hasta el punto de acumularse en forma de parches de basura en los océanos del mundo. Así, lo ha mostrado la NASA en un vídeo interactivo.

Pero ahora, gracias a un estudio de la Universidad de Miami (UM), podemos observar como es ese movimiento de pequeños objetos que flotan en la superficie de los océanos, gracias a un modelo matemático.

Para ello, los investigadores han utilizado datos sobre corrientes y vientos para simular el movimiento de los desechos marinos y han comparado los resultados con los datos de las boyas fijas y libres instaladas en la superficie marina por el Global Drifter Program de la NOAA. Así, observaron cómo se aculaba la basura en los cinco giros oceánicos, es decir, en el sistema de corrientes, a lo largo de un periodo máximo de 20 años.

Los científicos encontraron que "las boyas no ancladas se acumulan en los centros de los giros, precisamente donde se acumulan los residuos plásticos para formar las grandes manchas de basura", ha declarado Francisco Beron -Vera, autor principal del estudio publicado en Geophysical Research Letters.

El estudio ha hallado también que la acumulación de desechos marinos en los giros subtropicales es demasiado rápida para ser debida únicamente al efecto de los vientos alisios que convergen en estas regiones, por ello, han combinado a la resistencia inducida por el viento, el efecto del agua sobre los objetos. 

Del mismo modo han demostrado "que el tamaño y el peso de las boyas deben ser tomados en cuenta para explicar completamente la acumulación", ha declarado María Josefina Olascoaga, coautora del proyecto. 

Este modelo puede servir para rastrear naufragios, restos de aviones, hielo marino y contaminación entre otras muchas aplicaciones prácticas, según señalan los científicos.

Los países ya se han puesto en marcha para reducir los residuos plásticos. Así, en España, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) quiere adelantar al 1 de enero de 2018 la prohibición en los comercios de las bolsas de plástico e incrementar el precio para aquellos que las soliciten.

Todo es poco para solucionar un problema que está afectando a las especies y a muchas regiones del Planeta, como el Ártico.