Así de primeras puede parecer una locura, pero es una locura que tiene mucho sentido. Si cada techo tiene unos 20 metros cuadrados y en una ciudad como Madrid hay unos 2.000 autobuses, el resultado sería un parque en movimiento 4 veces más grande que la Puerta del Sol. Además, cada uno absorbe más de 25 kilos de dióxido de carbono al año, que reducen el efecto isla de calor (aumento de la temperatura en las ciudades por el calor que atrapan el hormigón y otros materiales de construcción).

"Hace ya demasiado tiempo que empujamos a la naturaleza fuera de nuestras vidas. Hemos olvidado que de ella venimos y a ella volveremos. Aumentar las superficies ajardinadas en las ciudades hasta llegar a niveles biológicamente equilibrados, resulta una buena forma de reconciliarnos con nuestro legado natural. Cubriendo de vida espacios abiertos y cerrados como fachadas, tejados y vehículos nos aseguramos un futuro más prometedor y saludable." nos dice Grañen, creador del proyecto.

La instalación es más sencilla de lo que podríamos pensar. Se trata de una plataforma impermeable en la que se coloca una alfombra de sedums (pequeñas plantas muy adaptadas a la sequía) y se plantan pequeños arbustos adaptados al clima de cada ciudad. Sobre ello va colocada una malla protectora que evita que las plantas se muevan y todo quede bien fijado a la cubierta.

Además de ser plataformas completamente seguras para los pasajeros, la idea de PhytoKinetic funciona como aislante térmico y en verano consigue bajar la temperatura del autobús hasta 3,5 grados, con el consiguiente ahorro de aire acondicionado. En verano, se aprovecha el agua de condensación del aire acondicionado para regar las plantas. En invierno hay que recurrir a la regadera.