Tres son los pilares de la campaña 'Aves de Barrio'. En el ámbito de la Ciencia, en el que SEO/BirdLife lleva trabajando desde su creación, impulsará el seguimiento de las poblaciones de gorrión común y estudiará las causas de su declive y sus posibles consecuencias para la calidad de vida del resto de habitantes de las ciudades.
Para la conservación de las aves de barrio, está previsto impulsar e implementar medidas para ayudar al gorrión común y otras especies que conforman la biodiversidad urbana, como la incorporación de criterios para favorecerla en el mantenimiento de zonas verdes o en el diseño y rehabilitación de edificios. Medidas que contribuirán también a la mejora de la calidad de vida en las ciudades.
Además, con el fin de concienciar a la sociedad sobre lo importante que es cuidar la biodiversidad urbana e implicar a los diferentes actores (ciudadanos, administraciones, empresas, asociaciones) en su conservación, SEO/BirdLife realizará diversas acciones de Comunicación, que comienzan con la presentación de la campaña y el estreno de un emotivo spot coincidiendo con el Día Mundial del Gorrión que se celebra el 20 de marzo. Un acto conducido por el periodista Toño Fraguas y en el que Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife, y Jannick Forquignon, miembro de la Junta Directiva de la sección infantil y juvenil de SEO/BirdLife, desgranarán los principales aspectos de la campaña.
Ningún ave silvestre pasa tanto tiempo a nuestro lado como el gorrión común. Vinculado desde tiempos ancestrales al ser humano, ha evolucionado adaptándose a los diferentes cambios en los asentamientos humanos, haciendo que hoy en día resulte casi imposible encontrar gorriones en lugares alejados de los núcleos habitados por el hombre.
Desde las últimas décadas del siglo XX, la especie ha visto disminuir sus ejemplares año tras año, especialmente en las principales capitales europeas. Es el caso de Berlín, París y Praga, en las que las poblaciones han disminuido de forma drástica. En otras como Londres, Bruselas, Amberes, Gante o Hamburgo los gorriones han desaparecido prácticamente.
En España el gorrión común no parece atravesar una situación diferente. Gracias al programa de Seguimiento de Aves Comunes en Primavera (Sacre) de SEO/BirdLife sabemos que desde 2008 hasta 2018 la especie ha sufrido en España un descenso poblacional del 21%, lo que traducido a individuos implica que en tan sólo una década podría haber 30 millones de gorriones menos.
Actualmente más de 55% de la población mundial vive en ciudades y en 2050 esta cifra llegará al 68%, según Naciones Unidas. Las ciudades representan aproximadamente dos tercios de la demanda de energía primaria y producen el 70% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. Por ello, las soluciones a algunos de los principales desafíos a los que se enfrenta la humanidad, como el cambio climático, la escasez de recursos o la pérdida de biodiversidad, deben resolverse en estos lugares. Y acuerdos tan importantes con el de París y la Agenda 2030 dependen en gran parte de las acciones locales de las ciudades.
Teniendo en cuenta que el 20% de las especies de aves que existen en el mundo y el 5% de las plantas vasculares habitan en las ciudades y que algunas de esas especies están amenazadas, se torna imprescindible devolver la naturaleza y conservar la biodiversidad en las ciudades. No sólo por cuestiones éticas, ecológicas, económicas o culturales, sino también por nuestra propia supervivencia como especie. El buen estado de la biodiversidad es un elemento fundamental para el funcionamiento de los ecosistemas y un mundo empobrecido en biodiversidad será mucho más hostil para el ser humano.
La naturaleza nos provee de servicios muy importantes (los conocidos como servicios ecosistémicos) y contribuye a mejorar la calidad de vida de la población urbana. Los espacios verdes urbanos ayudan a amortiguar el efecto isla de calor, purifican el aire y contribuyen a fijar el CO2 y existen numerosas evidencias científicas de los beneficios para el bienestar, la salud e incluso el rendimiento escolar de vivir cerca de espacios verdes y de poder observar pájaros, arbustos y árboles alrededor de las casas.
En definitiva, devolver la naturaleza a las ciudades contribuye a mejorar su sostenibilidad (ODS 11), a amortiguar los efectos del cambio climático (ODS 13), a mejorar la salud y en bienestar de la población (ODS 3) y también a la conservación de la biodiversidad a escala global (ODS 15).