Las líneas marítimas que van de Los Ángeles a San Francisco en EE.UU suponen un problema para las ballenas azules que se alimentan allí, consideradas en peligro por las colisiones que se producen con los buques en alta mar. Se estima que al menos dos ballenas son golpeadas al año por estos barcos, aunque es un dato difícil de calcular.

Durante más de diez años, los científicos han recopilado información vía satélite de las rutas seguidas por las ballenas azules en la costa oeste de Estados Unidos.

Ahora, gracias a esto, investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), junto con varias universidades estadounidenses, han desarrollado el primer sistema de predicción local de estos animales.

Este sistema ha conseguido relacionar los movimientos de las ballenas con los factores medioambientales como la temperatura del mar o la concentración de clorofila. Así, consiguen crear una serie de mapas con el comportamiento de estos cetáceos en la zona.

Además, estos mapas pueden servir a los pescadores para reducir el riesgo de que estas ballenas queden atrapadas en sus redes.

La aplicación ha recibido el nombre de WhaleWhatch y sus creadores confían en que la industria se la tome en serio y la use, puesto que puede proporcionar buena información científica sobre las áreas que se deben evitar y que frecuentan las ballenas.