La única forma de evitar la desaparición de más especies a partir del año 2050 será transformando la industria de la alimentación para que sea menos dependiente de productos animales, además de llevar a cabor reformas produndas en el ámbito de la protección de especies, según un informe del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (Iiasa) con sede en Austria.

Retrasar estas reformas provocará que sean necesarias más décadas para recuperar un determinado nivel de biodiversidad.

De los ocho millones de especies animales y vegetales que habitan la Tierra, cerca de un millón está en peligro de extinguirse.

Podrían extinguirse el 40% de los anfibios, un tercio de las especies de tiburón y otro tercio de los mamíferos marinos.

Este reducción drástica de la biodiversidad tendrá consecuencias directas en la vida humana, en la calidad de los ecosistemas y en la seguridad de nuestra alimentación, porque reducirá la diversidad de los alimentos que consumimos.

Evitar la desaparición de algunas especies es difícil, pero podría remediarse con un esfuerzo global.

Para ello, las áreas protegidas que ahora comprenden un 14% de la superficie terrestre, deberían expandirse hasta el 40% y debería restaurarse la tierra degradada.

Además, los hábitos de consumo y la industria alimentaria deberían enfocarse en dietas que tengan un impacto menor para el medioambiente y reduzcan sus residuos.

Los autores del estudio consideran que por sí solas estas medidas pueden no ser suficientes y que deberían ir acompañadas por un proyecto de lucha y emergencia climática que asegure la conservación de los ecosistemas.