Desde 1920, la tierra que conforma el Valle de San Joaquín (California, Estados Unidos) se ha hundido en 8,5 metros. Este desplome sigue aumentando en la actualidad y el Valle continua desplomándose hasta 0,6 metros al año, según un nuevo estudio de imágenes por satélite de la NASA.

Este fenómeno, conocido como subsidencia, se debe, sobre todo, a la extracción del agua subterránea que se acelera durante las sequias, cuando los agricultores dependen, en gran medida, de estas aguas para sostener una de las regiones agrícolas más productivas de la nación. 

Pero también es una de las regiones que más sufre los efectos de la sequía, que se está prolongando en este Estado, al igual que en muchos otros, desde 2012.

La subsidencia de la tierra pone en riesgo a las miles de personas que viven en la zona y a las infraestructuras como acueductos federales y estatales, diques, puentes y caminos. En la actualidad ya ha afectado a miles de pozos públicos y privados de aguas subterráneas en todo el Valle de San Joaquín. 

Además el coste de reparar los daños se estima en 100 millones de $ y podría acabar con la capacidad de almacenamiento de los acuíferos subterráneos, lo que amenazaría a los suministros de agua en el futuro. 

"Las tasas de subsidencia del Valle de San Joaquín documentadas desde 2014 por la NASA son preocupantes", ha destacado el director del Departamento de Recursos Hídricos de California (CWR), William Croyle. "La subsidencia ha recaído durante mucho tiempo en ciertas regiones de California. Pero las tasas actuales ponen en peligro la infraestructura que sirve a millones de personas. La situación es insostenible", ha concluido Croyle.