Una de las medidas más urgentes para la Comisión Europea pasa por fomentar una competitividad más ecológica y sostenible. De esta forma, se pretende acabar, o, al menos, disminuir la expansión de la obsolescencia programada en Europa.

Por ello, la CE pretende llevar a cabo nuevas medidas que evite la alta cantidad de recursos que se generan en la actualidad por esta cuestión. Como explicaba el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, tan solo una modificación profunda del actual modelo económico haría posible lograr los objetivos propuestos para el año 2050 para la neutralidad del carbono en la UE.

Las medidas que podrían comenzar a tomarse en materia de sostenibilidad, englobarían una serie de normas que restrinjan la fabricación de productos a unos más ecológicos, tanto electrónicos como textiles; que estén diseñados para durar más y sean más fáciles de reutilizar, reparar y reciclar. Además, deberán incorporar el máximo de materiales reciclados en lugar de nuevos.

Por otra parte, la Comisión busca acabar de manera definitiva con los artículos y productos de un solo uso, compuestos en su mayoría, por plástico; junto a un veto para la destrucción de bienes duraderos que no se hayan logrado vender.

De esta forma, una vez que se aprueben estas nuevas medidas, los consumidores deberán disponer de una estimación precisa sobre cuestiones como la vida de los productos, o hasta qué punto pueden ser reparados.