"El hallazgo confunde todas nuestras suposiciones, explica John Dabiri, profesor de Ingeniería Civil y Ambiental y de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Stanford, Estados Unidos. Pero nuestros experimentos muestran que las lampreas y medusas, de hecho, succionan el agua hacia sí mismos para seguir adelante en lugar de empujarse contra el agua detrás de ellos, como se había supuesto anteriormente".

Esta nueva información del movimiento en los fluidos se detalla en un artículo que se publica en la revista 'Nature Communications', quién comparte la autoría con Brad Gemmell, de la Universidad del Sur de Florida, Sean Colin, de la Universidad Roger Williams, y John Costello, del 'Providence College', en Estados Unidos.

El estudio de la naturaleza en busca de pistas para mejorar las tecnologías humanas forma parte de un campo llamado biomimética y los colaboradores interdisciplinarios originalmente se dispusieron a buscar ideas que pudieran mejorar el diseño de submarinos, barcos y similares.

Hace unos tres años, Dabiri comenzó a sospechar que los científicos habían entendido mal la propulsión bajo el agua, que moverse hacia adelante como los mejores nadadores de la naturaleza era mucho más complicado que hacer girar una hélice o dar patadas con los pies, para moverse contra el agua que se queda detrás. 

En cambio, estos expertos muestran que a medida que la lamprea se desliza a lo largo, crea una bolsa de agua a baja presión dentro de cada curva de su cuerpo. A medida que el agua por delante de la lamprea corre por esta curva de baja presión, el flujo del agua tira de la lamprea hacia adelante.