La directoras del Instituto Jane Goodall, del Centro Darwin, de la Fundació MONA, y del santuario Rainfer de Madrid, Laia Dotras, Montserrat Ubach, Olga Feliu y Marta Bustelo respectivamente, han puesto de manifiesto esta semana en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona que el comercio ilegal de primates está creciendo en todo el mundo, y especialmente en China. Dotras ha explicado que estos animales viajan de forma ilegal en pequeñas cajas y que solo llega vivo uno de cada diez, muchas veces drogado y con papeles falsos.

Este auge de tráfico en China se debe a que los primates se consideran "un bien prestigioso", lo que ha provocado que sean una muestra del poder económico y que se adquieran para zoológicos, como mascotas, o para espectáculos; sin tener conciencia de las consecuencias en su salud.

No obstante, entre sus reivindicaciones se pide también no culpar a las comunidades locales que solo tratan de vivir de forma digna, puesto que un cazador gana "unos 15 euros por chimpancé", de modo que las mafias internacionales serían las verdaderas responsables.

Marta Bustelo ha señalado que rehabilitar a los primates, como hacen en Rainfer, es un proceso muy largo que se realiza a través de individuos de su misma especie. Para ello, además son necesarios tratamientos contra las enfermedades crónicas causadas por los espectáculos, unas secuelas que no les permiten ser reintroducidos a su hábitat.

Por ello, todas las expertas han pedido medidas más severas para evitar el tráfico ilegal, la necesidad de concienciación para entender que los primates no pueden tenerse como animales de compañía. Sobre todo, porque se trata de animales salvajes, y la sonrisa que ponen en los espectáculos y que asociamos con la felicidad, es en realidad una señal de miedo.