El Día Mundial del árbol se instauró en 1969 en el Congreso Forestal Mundial de Roma y es un día esencial para recordar la importancia de proteger las superficies arboladas.

Los árboles son esenciales para la vida: transforman el dióxido de carbono, purifican el ambiente al oxigenar el aire, proporcionan sombra, mejoran sectores erosionados, producen alimentos y múltiples recursos, filtran el agua de la lluvia, proporcionan flores y frutos, regula el clima, protegen el suelo y albergan ecosistemas.

Un solo árbol es un ecosistema que mantiene a numerosas especies de animales que encuentran en él su alimento, por medio de las hojas, yemas, brotes o frutos, y refugio.

El objetivo principal de celebrar esta fecha es recordar y destacar la enorme importancia que los árboles tienen en nuestra vida y en la conservación del Medio Ambiente, creando, de este modo, conciencia.

Debemos ser conscientes de la importancia que tienen los árboles en nuestra vida. Por ello, debemos tener cuidado con los incendios que, en muchas ocasiones, son provocados por la acción del ser humano. 

Otra de las gaves consecuencias es la deforestación. De hecho, se calcula que un tercio de los bosques del mundo han desaparecido debido a la deforestación, debido sobre todo a la alteración del hombre, pero también por clima y la meteorología.

Las sequías, corrimientos de tierra, especies invasoras, ataques de insectos y brotes de enfermedades, y otros fenómenos meteorológicos tales como huracanes, vendavales y granizadas influyen en la salud de nuestros árboles.

Estos fenómenos están provocados, en muchas ocasiones, por el cambio climático que, a su vez, condicionan un aumento en la acumulación de combustible en los bosques, que las temporadas de incendios sean más largas y que se produzca una mayor ocurrencia de condiciones meteorológicas extremas así como el aumento de la frecuencia e intensidad de los incendios forestales.