El sistema Wi-FLIP consta de una serie de chips capaces de analizar cambios en la intensidad luminosa y detectar huma. "Incorpora un algoritmo capaz de diferenciar el humo y diferenciarlo del movimiento de las nubes, la vegetación o la fauna" y "Se adapta ala variación de las condiciones de iluminación a lo largo del día” según declaraciones de Jorge Fernández, investigador del Instituto de Microelectrónica de Sevilla. 

Los sistema de vigilancia actuales cuentan con cámaras termográficas que monitorizan grandes extensiones de terreno, mientras que el Wi-FLIP asigna a cada módulo un área de vigilancia de corto alcance, lo que minimiza la posibilidad de falsas alarmas.

Se trata de una "cámara inteligente" e inalámbrica conectada a un pequeño panel solar, también incorpora un nodo de red inalámbrica de sensores, con un transceptor para enviar y recibir información vía radio.

“Los sensores analizan la dinámica del humo, qué forma tiene cuando aparece sobre la vegetación y la velocidad con la que se mueve”, ha explicado uno de los investigadores.

El prototipo se probó con éxito en 2011 y 2012 en los montes de Almadén de la Plata (Sevilla), con detección de incendios a una distancia de 150 metros, en un tiempo máximo de seis minutos y sin falsas alarmas, lo que hace pensar que este sistema se puede convertir en un arma en la lucha contra los incendios forestales que, cada verano, arrasan hectáreas y hectáreas de nuestros bosques.