Se trata de un documento en el que exigen a la Junta de Andalucía que catalogue el lobo como especie "en peligro de extinción" que apruebe un plan para recuperar esta especie, revise el modelo cinegético vigente en Sierra Morena y modifique los planes de gestión de la Red Natura 2000 en esta zona para que este cánido tenga "una consideración prioritaria".

Estas organizaciones recuerdan que los propios datos de la Junta alertan en los últimos años del "continuo descenso" del número de grupos reproductores de lobos en Sierra Morena, donde ahora se estima que únicamente sobrevive uno, integrado por pocos ejemplares y cuya viabilidad "puede estar incluso en entredicho".

En 1999 se censaron en Sierra Morena ocho grupos familiares de lobo ibérico, repartidos de forma aislada en las provincias de Sevilla, Jaén y Córdoba, la mayoría de los cuales se consideran extinguidos.

Los lobos en sierra Morena se ha reducido considerablemente en los últimos años. La preservación de esta especie en Sierra Morena debería de ser tan valiosa y urgente como la del lince o la del águila imperial ibéricos, pero a diferencia de éstos, no existe ningún plan oficial para frenar su silenciosa pero implacable extinción.

En la primera década del pasado siglo, el lobo desapareció de Sierra Nevada; diez años después, de Cazorla y en 1951 se dató la muerte del último ejemplar de Doñana.

La extinción del lobo de Sierra Morena supondría la pérdida de una población estratégica por su ubicación: es la única que sobrevive al sur del Duero y probablemente la más meridional de Europa y por el gran valor genético de estos ejemplares, aislados desde hace décadas de las demás poblaciones españolas de lobo.

La Estrategia Nacional para la Conservación y Gestión del Lobo, aprobada en 2005 por el Ministerio de Medio Ambiente con la participación de la Junta, sugería alcanzar a corto plazo un objetivo de 15 manadas y unos 150 ejemplares para Sierra Morena, algo que las oenegés consideran "claramente incumplidos".

Por todo ello, en el documento remitido a la Junta de Andalucía se le reclama que cambie el actual modelo cinegético que "fragmenta el territorio con miles de kilómetros de vallados", aplica modalidades de caza "incompatibles con la preservación de poblaciones viables de grandes carnívoros" y acaba con "elevadísimas carga de ungulados".