Para ello, a través de una protesta, llevada a cabo en el aeropuerto de Hong Kong, activistas de la organización medioambiental en Asia, han pedido al Gobierno del país que frene el tráfico ilegal transfronterizo de especies como el pez totoaba, también en peligro de extinción y cuya pesca perjudica a la vaquita marina.

Ambas especies viven en el golfo de California, si bien es la totoaba la más demandada por el mercado de China, donde su vejiga seca está considerada como un manjar en el país asiático.
Además, para muchos personas de nacionalidad china, estas especies tiene propiedades medicinales y puede combatir problemas circulatorios, de fertilidad y dermatológicos, lo que hace que se paguen elevadas sumas de dinero por ella.

La pesca de la totoaba, estrictamente limitada por tratarse de una especie en peligro de extinción, es la principal amenaza para la vaquita, que acaba atrapada en las redes de pesca.

Por su parte, según los datos de la secretaría de Medio Ambiente, quedan 128 especies de vaquita marina en el mundo, respecto a las 97 que señala la organización Greenpeace.

La especie se ha reducido de alrededor de 600 en 1997 a 150 en 2007, una caída del 70% en una década, según datos del centro de conservación marítima Cousteau.
Estudios estiman que entre 40 y 80 vaquitas mueren en estas redes cada año, una cifra que supera el número de crías que nacen por año.

Por todo ello, desde Greenpeace se piden medidas de acción más fuertes, que impliquen a los gobiernos de Estados Unidos, México, Hong Kong y China para proteger a todas estas especies.