En el esfuerzo mundial por mitigar los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, se ponen sobre la mesa todas las opciones, incluyendo la ayuda de la naturaleza.
Además, los encargados de formular políticas están interesados en saber si otros sistemas marinos --como los arrecifes de coral, los bosques de algas marinas, el fitoplancton y los peces-- pueden mitigar los efectos climáticos.

Un nuevo análisis, llevado a cabo por expertos de la Universidad de Maryland (UMD), en Estados Unidos, sugiere que aunque los humedales costeros sirven como depósitos de almacenamiento de carbono "azul" para el dióxido de carbono, otros ecosistemas marinos no almacenan carbono durante largos periodos de tiempo.

El informe, publicado este miércoles en 'Frontiers in Ecology and the Environment', también señala que los humedales costeros pueden ayudar a proteger a las comunidades costeras contra las oleadas fruto de las tormentas y la erosión. 

Las zonas costeras de humedales son más fáciles de gestionar por los gobiernos en comparación con los ecosistemas que residen en las aguas internacionales, lo que aumenta el valor estratégico de los humedales costeros en la lucha contra el cambio climático.  

"Comparamos muchos ecosistemas costeros diferentes y encontramos un caso claro para incluir a los humedales costeros en los debates sobre la mitigación de gases de efecto invernadero", afirma la coautora del trabajo Ariana Sutton-Grier, investigadora asistente en el Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Tierra de la UMD. 

El documento de investigación integra datos anteriores sobre una variedad de ecosistemas costeros y marinos para determinar qué sistemas son los más adecuados para mitigar los efectos climáticos. 

Los humedales capturan 200 toneladas métricas de carbono cada año 
Los humedales costeros superaron a otros sistemas marinos en casi todas las medidas. En total, los humedales costeros pueden capturar y almacenar más de 200 toneladas métricas de carbono por año en todo el mundo. 

El objetivo de los investigadores es aportar información a los administradores de recursos y a los encargados de formular políticas en las que concentrar los limitados recursos con el fin de impactar en la mitigación del clima. 

El nuevo análisis considera que hay que proteger otros ecosistemas, como los arrecifes de coral y los bosques de algas marinas, porque proporcionan una valiosa protección contra las tormentas y la erosión, son hábitat clave de los peces y ofrecen oportunidades de recreo, pero apuntan que su capacidad para almacenar carbono a largo plazo es limitada.

Los investigadores también han considerado a los bosques terrestres como sumideros de carbono, pero la mayoría de los bosques no almacenan cantidades sustanciales de carbono en sus suelos.