Los biólogos afirman que existen fluctuaciones durante los meses que dependen, por un lado, de la propia dinámica poblacional de cada especie de medusa y, por otro, de la influencia estacional de los vientos y las corrientes marinas.

"Así lo concluye un estudio encargado por la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente con datos de observaciones entre 2010 y 2014, que concluye que ha habido una relativa "escasez" en las costas valencianas en este periodo".

De esta manera, depende de la propia afluencia de bañistas a las playas para hacer que las medusas, presentes todo el año, "sean más visibles" y que se produzca un efecto de "sobrevaloración" en verano o de "infravaloración" el resto del año.

El informe ha sido elaborado a partir de registros aportados por los ayuntamientos de Xàbia, Benitatxell, Villajoyosa, El Campello, Santa Pola, Orihuela y El Pilar de la Horadada, en la provincia de Alicante, Miramar y Valencia, en la provincia valenciana, y Xilxes, en Castellón.

Durante el pasado año, en total se recibieron 218 registros de medusas, menos que en 2010 (1.048), 2011 (577) y 2013 (862) y algo superior a 2012 (164), y la inmensa mayoría de los datos proceden de los servicios de salvamento y socorrismo.

En julio y agosto se observó una elevada concentración de la especie Olindias phosphorica en determinadas playas de Santa Pola y en algunas zonas de Castellón, lo que hizo que esta especie fuera mayoritaria dentro de los registros en esos meses.

En cuanto a las picaduras, durante 2014 se contabilizaron en el litoral de la Comunitat Valenciana un total de 13.237, un número inferior al de años anteriores salvo en 2012, cuando se recibieron datos de menos de la mitad de los ayuntamientos que el resto de ejercicios.

Concretamente en 2010 hubo 15.414 picaduras comunicadas por cinco ayuntamientos (de 27,3 kilómetros de playas), por 13.477 de ocho municipios (59 kms) en 2011, 8.005 de cuatro (18,9) en 2012, 15.251 de nueve (45,1) en 2013 y el pasado año 13.237 de diez consistorios (48,7).

La inmensa mayoría de estas picaduras, más de 8.000, se sumaron durante agosto, con una tasa de 5,7 picaduras de medusa por día y kilómetro de playa, y el resto en los meses anterior y posterior.

El informe señala que en los meses de buen tiempo, la tasa varía desde las 0,2 picaduras diarias por kilómetro de junio, a las 2,5 de julio para, tras el pico de las 5,7 de agosto, volver a caer a 0,7 en septiembre.