La polución atmosférica provocó 238.00 muertes prematuras en la Unión Europea (UE) en 2020, un 22 % menos que el año anterior, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

Las muertes por exposición a concentración de partículas al aire libre de tamaño menor de 2,5 micras (PM2,5) se ha reducido un 45 % en los últimos quince años, pero la polución atmosférica sigue siendo una importante amenaza medioambiental a la salud, por causar enfermedades graves y de costes "significativos" para la sanidad.

El 96 % de la población urbana europea estuvo expuesta en 2020 a concentraciones de PM2,5 superiores a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La quema de combustible es la principal fuente de polución por partículas en suspensión, generalmente para calefacción, en los sectores residenciales, comerciales e institucionales, seguida por la industria, el transporte rodado y la agricultura.

Otros grandes contaminantes señalados en el informe son el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono troposférico (O3) que causaron en torno a 49.000 y 24.000 muertes prematuras en 2020, respectivamente.

La AEMA remarca que la polución del aire daña a las personas y a la biodiversidad, los cultivos agrícolas y los bosques.

Estuvieron expuestas a niveles dañinos de ozono troposférico el 59 % de las áreas forestales y un 6 % de las tierras agrícolas lo que por ejemplo tuvo un impacto negativo en los campos de trigo europeos de 1.400 millones de euros en 2019.

Niveles nocivos de deposición de nitrógeno se detectaron en el 75 % de la superficie ecosistémica de la UE, un 12% menos que en 2005, aunque lejos de la reducción del 25 % planeada para 2030.

La AEMA destaca que, de continuar el ritmo actual de reducción de muertes prematuras por contaminación atmosférica, se alcanzará el objetivo del 55 % menos respecto a 2005, en 2030, pero las perspectivas a largo plazo son más pesimistas.

"Serán necesarios más esfuerzos para alcanzar la visión de polución cero para 2050 de reducir la polución del aire a niveles no considerados dañinos para la salud", apunta el informe.