Orca y Morla son algunos de los halcones que, junto a las águilas Lissy y Boing, vigilan diariamente el aeropuerto de Málaga. No son los únicos que lo hacen a diario en todos los aeródromos españoles. Se trata de un servicio basado en la cetrería que existe en todos los aeropuertos con el fin de ahuyentar a las aves de las zonas de despeque y aterrizaje. 

En Málaga, la consultora ambiental Gestión de fauna ofrece a este recinto aeroportuario, así como al de Jerez de la Frontera (Cádiz), este servicio que consiste en adiestrar rapaces para que realicen vuelos preventivos y expulsen a la avifauna invasora. Todos los halcones y águilas que utilizan "provienen todos de criaderos homologados", según ha comentado Francisco Llopis, responsable del equipo de ornitólogos de la consultora.

La rutina diaria de estas rapaces consiste en realizar simulacros donde tienen que perseguir un señuelo, un ejercicio que, según el experto, los mantiene en forma y genera en ellos la actitud de un "buen halcón".

Los métodos ultilizados para el adiestramiento de estas rapaces son tres: la altanería, el bajo vuelo y el mano por mano. El primero consiste en que el halcón sobrevuele con una altura de hasta 200 metros a la espera de que aparezca algún ave en su radio de acción. Si ocurre provoca que éste se lance en picado con una velocidad que alcanza los 200 kilómetros por hora.

En los otros dos métodos, el halcón sale del puño de su adiestrador con un objetivo, que es el de acosar a una presa o atacarla para volver a su origen.

Los halcones y águilas prestan su servicio durante dos ó tres meses y descansan otros tantos, ya que el nivel de exigencia "es alto", como ha recalcado Llopis, que ha desvelado que "todos los días" los revisan dentro de un estricto protocolo de seguimiento.