Una de los científicas responsables de este estudio, Erin Spear, analizó los daños en los árboles en una amplia variedad de especies en los bosques más húmedos y más secos de Panamá y llegó a la conclusión que "todas las plantas están en mayor riesgo de ser dañadas y asesinadas por agentes patógenos en los bosques más húmedos que en los bosques más secos". Esto se debe al hecho de que los ambientes húmedos y con lluvia ayudan a los patógenos a sobrevivir además de facilitarles el movimiento entre unas plantas y otras.

Spear llevó a cabo un experimento en dos bosques del centro de Panamá, donde plantó más de mil semillas de árboles incluyendo especies de árboles de zonas húmedas y de zonas secas, consiguiendo que brotaran 725 semillas. De estas, el 38% sufrió daños causados por patógenos. En comparación con las plantas de zonas más secas, las del bosque húmedo tenían un 74% más posibilidades de sufrir daños causados por estos agentes, además de poseer un 65% más de probabilidades de morir por culpa de los agentes patógenos.

Esta investigación es sobre todo relevante en los bosques tropicales que están bajo amenaza de deforestación ya que los bosques son esenciales para alimentar y dar refugio a animales, para el suministro de medicamentos el almacenamiento de carbono y agua y la reducción de la erosión.