Todas las previsiones indican que este año será uno de los veranos más secos y cálidos de los últimos años, algo que eleva en gran medida las probabilidad de que se produzcan devastadores indendios forestales, según Nicolás López, técnico de Conservación de Especies Amenazadas de SEO/ Birdlife y especialista en incendios forestales.

Además, la mayor pluviometría registrada la pasada primavera "ha propiciado mayor cantidad de combustible vegetal en los montes", que no han sido "previamente preparados" con la reducción de esa biomada del suelo. Esta es "la medida preventiva que más éxito tiene", pero este año no se ha llevado a cabo.

La mayor parte de los grandes incendios forestales se producen en lugares protegidos. Por eso, desde la asociación reclaman incrementar los presupuestos para estas partidas de prevención en las zonas con mayor superficie forestal. Además, el gobierno no tendría que hacer casi ningún esfuerzo, ya que la asignación de estas partidas viene de los fondos europeos.

"Hay que tener en cuenta que la superficie forestal ha aumentado mucho, hasta dos millones de hectáreas en los últimos quince años y más del 15% desde los años 70”, ha recordado López.

Por este motivo, las labores de prevención se vuelven indispensables, casi "decisivas·", pero deben iniciarse en los primeros meses del año y los últimos del anterior.