El descenso en el número de urogallos vivos en nuestro país se encuentra en cifras alarmantes desde 2017. Sin embargo, el censo realizado sobre esta especie el pasado año, destaca que la situación del animal no ha mejorado; de hecho, en la actualidad su población se encuentra en peligro crítico con menos de 300 ejemplares vivos de urogallos cantábricos.

Numerosas organizaciones trabajan desde hace años en crear una estrategia común que permita recuperar los números de una especie muy vulnerable, mediante el control de depredadores y programas de cría y reintroducción de esta ave.

Sin embargo, son muchas las asociaciones que abogan por una urgente revisión del Plan de Conservación propuesto por el Ministerio para la Transición Ecológica. Ya que estas medidas recogen la prohibición de repoblar a través de la reintroducción de ejemplares procedentes de fuera de la península.

En la actualidad, aproximadamente el 80% de ejemplares vivos de urogallo cantábrico se encuentra localizado en León, mientras que el 20% restante subsiste en Asturias. Un área que en total no supone más de 350 kilómetros cuadrados, habitados por 292 urogallos.

Distintas organizaciones como SEO/Bird Life apuestan por llevar a cabo todas las medidas que sean necesarias y en trabajar en programas a largo plazo que permitan la supervivencia de la especie. Medidas, como las desarrolladas en países como Polonia y que se centran en la cría de aves en cautividad y su seguimiento posterior. Ya que en este último punto radica uno de los principales problemas para el crecimiento de la especie, que no suele sobrevivir tras su puesta en libertad por el alto número de depredadores.