Las sustancias químicas peligrosas las podemos encontrar en todos los sitios, también en la ultra fast fashion, la moda que más contamina.

Desde Greenpeace vieron que la fast fashión era un problema, pero que la ultra fast fashion era peor. Por ello, la organización ecologista compró varias prendas y las analizó en un laboratorio independiente para analizar si los productos que utilizaban eran legales.

Los resultados confirmaron las sospechas. Encontraron compuestos como metales pesados que pueden ser cancerígenos y ftalatos que pueden aumentar las alergias. Todos estaban presentes en la ropa y, muchos de ellos, en niveles por encima de los permitidos por la Unión Europea.

Estos productos tóxicos, además de contaminar el planeta, suponen un condicionante para el reciclaje de la ropa, porque no se podrían reutilizar para métodos industriales, según alerta Celia Ojeda, responsable del Área de Consumo de Greenpeace.

Para la organización ecologista la compra de ropa barata en este tipo de plataformas online contamina el medio ambiente, provoca que entren productos tóxicos y apoya la explotación de mujeres y menores en otros países.