En mayor o menor medida respiramos este gas radiactivo invisible e inodoro que se libera de forma natural de las rocas, la tierra y el agua. El problema no es el gas en sí, si no los edificios que se construyen en zonas en las que puede haber unos niveles elevados de radón.

Las zonas de riesgo son zonas graníticas y algunas zonas con pizarras.Este gas es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco y tiene la virtud de colarse en los hogares. Para conocer si estamos expuestos al gas radón se debe realizar una medida acreditada con unos monitores integrados, que debe durar, como mínimo tres meses y nos dará la concentración media anual de radón en el interior de nuestra vivienda.

El radón fluctúa mucho y por eso se utilizan medidas de largo plazo y se utiliza de referencia la concentración media anual. El riesgo es estar expuesto a más de 300 Bequerelios durante todo el año. La OMS recomienda un valor de referencia de 100 Bequerelios por metro cúbico.