Un estudio de The Journal of the American Medical Association Pediatricsha revelado que el tiempo de pantalla consumido por bebés de un año tiene consecuencias en su desarrollo comunicacional y de resolución de problemas a los dos y cuatro años.

La investigación concluyó que las niñas y niños de un año expuestos a más de cuatro horas diarias de tiempo de pantalla experimentan retrasos en sus habilidades. Además, encontró una asociación directa entre ambos factores: un mayor tiempo de pantalla se traduce en mayores posibilidades de presentar retrasos en el desarrollo.

De la misma forma, el estudio reveló que los menores que estuvieron expuestos a más consumo de pantallas que sus compañeros presentaron también dificultades en el desarrollo de la motricidad fina y las habilidades personales y sociales.

El estudio pone en evidencia la importancia que tiene la interacción entre padres e hijos. La convivencia entrega valiosa información a las niñas y niños, especialmente sobre cómo expresarse. Los menores aprenden de sus padres cómo utilizar expresiones faciales, palabras, tono de voz y la retroalimentación física para poder comunicarse.

Los resultados del estudio se obtuvieron de cuestionarios entregados a los padres de casi 8.000 menores. En su mayoría, los bebés expuestos a mayor tiempo de pantalla eran de madres primerizas y jóvenes, de bajos ingresos y niveles de educación y de mujeres que sufrían de depresión posparto.

A futuro, los investigadores plantean abordar los diferentes efectos que podría tener el tiempo de pantalla a la hora de consumir contenido educativo vs. entretenimiento. De momento, la clave para los expertos radica en potenciar la interacción con los menores y moderar el consumo de pantallas.