Es tan importante un abrazo, una caricia o un beso como una conversación frente a frente. El confinamiento se ha convertido en un banco de pruebas para comprobar que “las conversaciones son necesarias para mantener una estabilidad emocional”, que no son un automatismo absurdo y que la tecnología ha jugado un gran papel en este aislamiento para dejarnos ver y escuchar. Estrella Montolío, miembro del Comité de expertos de Levanta La Cabeza y catedrática de Lengua Española de la Universitat de Barcelona, ha sido la protagonista del último directo de Levanta la cabeza en su perfil de Instagram.

Moderado por Mario Tascón, el encuentro tuvo como eje principal la conversación, ya sea presencial, telefónica o por videollamada. Montolío, que ha publicado recientemente 'Cosas que pasan cuando conversamos' (Editorial Ariel), reivindica los beneficios de tener un diálogo consciente y plantea formas didácticas para conversar en el confinamiento: “Reúne a todas las personas que viven en tu casa. Hazlo para conversar, para contar qué ha sucedido a lo largo de tu día. Ahora tenemos que dejar el teléfono de lado. Llévalo a otra habitación y concéntrate solo en las personas que tienes delante. Intenta asegurarte que todo el mundo habla. Escucha y no interrumpas. Si quieres decir algo, pon un vaso frente a ti en el centro de la mesa para que no se te olvide”.

“Cuando conversamos se dan muchos fenómenos de cooperación y de eco entre personas. Los cuerpos de las personas que mantienen ese diálogo hacen una especie de espejo, entran en ritmo y percibimos cómo sus gestos se adelantan”, asegura Montolío.

Durante el confinamiento todo lo presencial se ha convertido en telemático y las videollamadas han sido pan de cada día. Aunque han servido de parche para paliar o, al menos, ayudar en esta situación, nos agota hacerlas. “Y una de las razones es porque no tenemos el cuerpo de los demás delante. El cuerpo da tanta información que procesamos de manera automática, que cuando está ausente esa información no la tenemos y nos focalizamos mucho en la cara y las palabras para interpretar ese vacío”, detalla Estrella. Por eso, las llamadas por teléfono han vuelto a convertirse en grandes protagonistas a la hora de conversar con los demás. “Prestamos solo atención a la voz y nos descarga cognitivamente. Además, nos permite movernos. Las personas, cuando podemos caminar funcionamos mejor mentalmente”.

¿Y qué ocurre con el lenguaje que se está utilizando durante la emergencia sanitaria? En la pandemia se han utilizado numerosas metáforas para concienciar a la sociedad. Esto es una guerra, es un partido de fútbol, o una barca donde todos remamos en el mismo sentido. “Las metáforas son una manera de conceptualizar la realidad. En nuestro país, cuando se vio que lo que estaba ocurriendo era un fenómeno muy importante, me pareció que el término bélico se utilizó muy bien para reforzar que hay un enemigo contra el que tenemos que luchar todos. Somos un equipo apela a la responsabilidad colectiva”, detalla la especialista en lengua española.

Respecto a la comunicación clara como facilitador para superar la incertidumbre, pone un ejemplo: “Fernando Simón ha demostrado que rigor no significa rigor mortis, significa cercanía, claridad… Ha sido un buen ejemplo que viene de un gran experto a la hora de comunicar de forma clara”, explica Montolío sobre el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.