Antes de que Motomami viese la luz, Rosalía publicó en TikTok un vídeo de 15 segundos en el que desvelaba un par de estrofas de Hentai, uno de los temas del álbum, y acabó siendo viral y objeto de enésimas críticas. El día del lanzamiento del disco, la artista catalana volvió a usar la red social para hacer un directo exclusivo presentando su nuevo trabajo.
Y no es la única. También Aitana lanzó un adelanto de su último single, En el coche, a través de TikTok, con una coreografía milimetrada y lo suficientemente sencilla para que, en cuestión de horas, cientos de cuentas usasen el sonido para publicar su versión, y crear un nuevo baile viral. Todo esto sin todavía haber salido al mercado.
La versión completa de En el coche dura 2:07 minutos, y es el ejemplo perfecto de cómo TikTok y las plataformas de streaming han transformado la industria musical y acortado la duración de las canciones. Ahora las discográficas buscan sacar música para que se viralicen, pero algunos artistas como Adele se niegan a contribuir a ello.
“Si todo el mundo hace música para TikTok, ¿quién hace música para mi generación? Yo lo haré.”, pronunció la intérprete británica en una entrevista con Apple Music.
Sin embargo, el algoritmo de la plataforma puede volver a poner en el foco a canciones de hace años, si tienen la suerte de convertirse en un nuevo trend (tendencia).
Sabiendo esto, los DJ británicos ‘Altego’ consiguieron desde su habitación de Londres que Britney Spears volviese a copar las listas de éxitos globales, tras años sin sacar nueva música, gracias al remix que hicieron a partir de su canción Toxic (2005) con Pony, de Ginuwine (2014), que la propia artista ha publicado en sus redes sociales.
Detrás de la marca ‘Altego’ se encuentran Lukas y Michael Fernandes-Pense, dos gemelos británicos de 23 años que ya cuentan con más de 1,5 millones de seguidores en TikTok, donde han adquirido fama con vídeos en los que se dedican a fusionar diferentes canciones.
“Siempre quisimos hacer música juntos, y sabíamos que podíamos hacer cosas geniales. Pero no sabíamos qué camino coger para convertirnos en cantautores, si montar una banda o si usar TikTok para conseguirlo”, cuentan los Fernandes-Pense en una entrevista virtual con Levanta la Cabeza.
Ambos han estudiado un curso en composición musical en la Universidad de Brighton, y aseguran que antes de TikTok también se pasaban el día produciendo canciones y probando mezclas. Así que, simplemente trasladaron a las redes lo que hacían a diario. Y consiguieron encandilar a los usuarios de TikTok.
Y también a su cambiante algoritmo, al que se refieren como una especie de Dios, al que hay que hay que sacrificar mucho tiempo de trabajo. “Creo que la única forma de hackear el algoritmo es controlar la hora a la que publicas, o publicar mucho a diario, entre tres y cuatro veces”, afirma Lukas.
Por eso se dedican completamente a TikTok. De hecho, Michael admite que con la pandemia se quedó sin trabajo y tenía que subsistir con el Universal Credit (Ingreso Mínimo Vital británico).
Mientras uno prepara las versiones finales de sus publicaciones, otro monitoriza cuáles son las canciones que están actualmente sonando más en la red social, para estar siempre a la última. A veces son ellos mismos los que seleccionan las canciones que van a mezclar, y otras sus propios seguidores los que les escriben nuevas sugerencias en comentarios.
Así nació Toxic Pony, que ya cuenta con más de 24 millones de reproducciones en Spotify, y que permaneció en el archivo móvil de los Fernandes-Pense casi un mes, hasta que en fechas navideñas llegó su momento. En la primera hora ya superaba los 100.000 me gustas.
La discográfica de Spears y Ginuwine, Sony Music, contactó con los hermanos y les propuso lanzar la versión completa en plataformas digitales, cediéndoles los derechos y acelerando el proceso. “Fue todo muy sencillo. Todos queríamos publicarlo lo antes posible porque estaba en auge. No perdimos el tiempo”, admiten.
Porque TikTok marca el compás de toda la industria y también democratiza el sector. Que artistas como Britney Spears deban su éxito repentino a dos jóvenes británicos a los que ni siquiera conoce en persona es un síntoma de cambio. Y también un aviso a las grandes discográficas, de que cualquier persona con un teléfono y acceso a la red puede ser la nueva sensación musical de la noche a la mañana.
A Altego, TikTok le ha dado alas para volar. Ahora su objetivo es sacar música propia, y ya acaban de cerrar su primer bolo presencial en Londres para el próximo mes de junio. Del cuarto de la casa familiar, a actuar ante miles de personas. La magia de internet.