La brecha digital es cada vez más evidente en la sociedad actual. Aunque para algunas personas comprar por internet, pedir una cita online o pagar con el teléfono móvil puede resultar sencillo, para otras el uso de la tecnología en las tareas del día a día se convierte en un verdadero problema. Así lo ejemplifican los últimos datos compartidos por la tercera edición del estudio sobre la brecha digital en España elaborado por UGT: más de 14,5 millones de españoles no saben entrar en la banca electrónica, el 36% de los usuarios tendría problemas para llevar a cabo gestiones administrativas y 10,5 millones no utilizan el correo electrónico.

En la actualidad, la mayoría de los trámites se realizan en línea, pero no todo el mundo está familiarizado con la tecnología. Lo demuestran las 4,2 millones de personas en España que nunca han accedido a internet. Además, la barrera digital se acentúa entre los más mayores. En la banca online, el 84,5% de quienes superan los 74 años reconoce que tiene problemas para usar el correo electrónico y, entre las personas que no usa internet, el 95% es mayor de 55 años y un 40% se sitúa entre los 75 y los 84 años. Aun así, el autor del estudio y secretario del Gabinete Técnico del Sector de Comunicaciones de UGT, José Varela, ha afirmado que la situación entre los grupos de mayor edad permanece estancada desde 2019, cuando realizaron la anterior edición del informe.

La brecha digital: más allá de la edad

Sin embargo, la edad no es el único factor a tener en cuenta cuando se trata de exclusión digital. Otras variables, como la procedencia, la renta, la formación, la situación laboral o el sexo, también juegan un papel importante.

En este sentido, y de acuerdo con el informe de UGT, las regiones españolas más afectadas por la brecha digital son Galicia, con el mayor porcentaje de excluidos digitales (16,5%), seguida de Castilla y León (15%) y Asturias (14,6%), mientras que, en términos absolutos, destacan Andalucía, con 737.300 personas, y Cataluña, con 572.336. Así, desde el estudio enfatizan: “El exponencial aumento de la cobertura territorial de fibra óptica y 4G no está derivando en una inclusión digital análoga”.

En lo que respecta a los ingresos, el 36% de las personas que no usa internet tiene una renta inferior a 900 euros, frente al menos del 2% que no lo hace e ingresa más de 3.000 euros mensuales. Por último, la diferencia de género también es significativa: dos tercios de las personas excluidas digitalmente son mujeres.

Ante estos datos, desde el estudio reflexionan: “De poco sirve llevar el 5G hasta la última vivienda de nuestro país, si los convivientes no saben encender un ordenador. De poco vale ayudar a un autónomo a instalar una solución de Inteligencia Artificial, si no sabe cómo aprovecharla. Poca utilidad tendrá poner un bono de conectividad en un determinado territorio si la formación en competencias digitales básicas llega dentro de cuatro o cinco años".

Desde la institución califican la situación de “precipicio tecnológico” y reclaman una serie de acciones: desde establecer un ente público que coordine la transversalidad de las TIC en todo el gobierno, hasta la creación de un Observatorio de la Brecha Digital y la dotación a las administraciones locales de recursos humanos y financieros para sensibilizar y formar a los colectivos excluidos de internet.