Allá por los años 50, Hitchcock reflejó en “La ventana indiscreta” el afán del ser humano por vigilar qué ocurre en la vida privada de los demás. Con la llegada de internet, y plataformas como YouTube o Twitch, las ventanas han sido sustituidas por pantallas, a las que podemos asomarnos a practicar nuestro voyerismo con facilidad.
Mientras tanto, al otro lado de la pantalla, hay streamers que han encontrado un negocio en grabarse mientras juegan a videojuegos, otros en realizar sesiones con sonidos relajantes de ASMR; y algunos, como los mukbangers, en ponerse frente a una cámara mientras se pegan un atracón de comida. Y siempre hay alguien dispuesto a verles.
El concepto del muk-bang proviene de la mezcla de las palabras coreanas: comer (muk-da) y emitir (bang-song), por lo que su traducción literal sería algo así como “emisión comiendo”.
Este fenómeno social, que ya ha enganchado a millones de personas en todo el mundo, comenzó en Corea del Sur a finales de los años 2000 en AfreecaTV, una plataforma de vídeos en directo, a través de los cuales podían interactuar con los espectadores. Sí, como Twitch, pero en modo asiático.
Y la cantidad de comida ingerida durante la retransmisión de este tipo de programas es desproporcionada y, normalmente tiende a ser comida basura y grasienta. Por eso son muchos los que aseguran que el mukbang fomenta los trastornos alimenticios.
Según los datos de 2021 de la Agencia de Prevención y Control de Enfermedades de Corea, más de mitad de la población surcoreana de entre 30 y 40 años tiene sobrepeso, algo que sorprende, dado que es uno de los países que más promociona los cánones de belleza y la delgadez a través del k-pop.
Uno se podría imaginar que alguien que ingesta grandes cantidades de comida a diario también sufriría de obesidad, pero sin embargo la mayoría de los muckbangerstienen cuerpos normativos, e incluso delgados.
Recientemente, el medio The Korean Guide mostró cuáles son las cuatro técnicas que los muckbangers siguen para conseguir mantenerse en forma: llevar una alimentación saludable (fuera de las cámaras), beber mucha agua, tomar suplementos alimenticios como quemadores de grasa, y hacer ejercicio de tres a cuatro días por semana.
Pero, inevitablemente, el fenómeno del mukbang ha dañado la relación de los surcoreanos con la comida y se les acusa de promover los trastornos alimenticios, pues “manipulan las percepciones tradicionales de consumo y delgadez de los espectadores”, indica un estudio de 2020 de varias universidades turcas sobre esta tendencia.
Consumir vídeos de mukbang por un tiempo prolongado también afecta a los modales en la mesa de los espectadores. Los creadores de este contenido tienden a enfatizar mucho los sonidos al comer para estimular los sentidos de la audiencia -del mismo modo que el ASMR-.
Entonces, ¿a qué se debe el éxito del mukbang? Una investigación de la Unidad de Estudio del Juego de la Universidad de Nottingham Trent afirmó que este tipo de vídeos ayudaba a mucha gente a enfrentar mejor la soledad y el aislamiento, y le hacía sentirse “emocionalmente conectado” con una comunidad.
Otros de los encuestados aseguraron que les generaba placer, les excitaba a otras personas comer aquello que deseaban mientras estaban a dieta, y les ayudaba a lidiar con su ansiedad alimentaria.
“Los ASMR de comida y los vídeos de mukbang me ayudaron a superar algunos de mis trastornos alimenticios y me empujaron a comer más de lo que solía”, escribe en twitter el usuario @Onii_chansan.
El mukbang también ha sido relacionado con la pornografía en directo, de una forma en la que los espectadores ven a las mukbangers femeninas como una figura que puede satisfacer sus fetiches a cambio de dinero. Está demostrado que la mayoría de la audiencia de las streamers femeninas son hombres.
Se suele decir que comer es uno de los mayores placeres de esta vida, y el mukbang demuestra que también hay quienes disfrutan viendo a otros comer. Y que no podemos dejar que lo que vemos detrás de una pantalla influya en nuestro comportamiento.