No es que necesitásemos excusas, pero siempre viene bien tener coartada para estas cosas. Un estudio liderado por el profesor Adrian Owen, neurocientífico de la Western University en Canadá, ha revelado que las personas que dedican al menos cinco horas semanales a jugar videojuegos tienen capacidades cognitivas comparables a las de personas hasta 14 años más jóvenes. Los hallazgos forman parte del estudio Brain and Body y ofrecen una nueva mirada sobre las posibilidades de los videojuegos.

Una forma distinta de ejercitar el cerebro

Aunque frecuentemente se cree que los videojuegos son, en el mejor de los casos, una simple forma de entretenimiento, este estudio—que incluye a más de 2.000 participantes de todo el mundo—, apuntó que los videojuegos de estrategias y resolución de problemas tienen un impacto positivo en el cerebro.

Owen y su equipo demostraron que los videojuegos desarrollan y fortalecen habilidades como la atención visual, la velocidad de procesamiento y el pensamiento estratégico. Este descubrimiento refuerza la idea de que actividades desafiantes y repetitivas pueden ser una buena herramienta para combatir el deterioro cognitivo que se da con la edad.

Un horizonte más amplio para los videojuegos

Los videojuegos no solo están ganando terreno como herramienta para mejorar la cognición, también se está explorado su papel en otros ámbitos. Un ejemplo notable es Horizon: Resilienceun juego desarrollado para combatir la depresión, que abre nuevas posibilidades para el uso terapéutico de los videojuegos.

Los resultados del estudio Brain and Body nos hace reflexionar sobre cómo los videojuegos pueden tener un papel más importante que el que le atribuimos. Estas actividades pueden ser un componente clave para mantener el cerebro en forma y, que cuando se usan de manera adecuada, pueden ser mucho más que entretenimiento: una herramienta poderosa para un envejecimiento cognitivo saludable. Ya podemos jugar sin remordimientos a los videojuegos que llegaron en Navidad.