Patricia Arce Bayón es Orientadora Educativa en la etapa de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato en el IES Padre Isla de León. Como psicóloga especializada en el ámbito educativo y en Psicología Infantojuvenil, vive a diario los desafíos de la inserción de la tecnología en el mundo educativo. El acceso a la pornografía a través de Internet, se ha convertido los últimos meses en un punto de debate.

Conversamos con Patricia Arce acerca de cómo se vive en los centros educativos, y desde el punto de vista psicológico, el anuncio del Gobierno español del pasado mes de enero de la ley para proteger a los menores del acceso a la pornografía en Internet a través de diferentes aplicaciones y herramientas de control.

Como orientadora y psicóloga educativa, ¿consideras que las nuevas generaciones están creando un imaginario sexual muy distinto al de otras generaciones debido al acceso a Internet?

Sí, totalmente. La llegada de Internet ha cambiado por completo la naturaleza del fenómeno del consumo de pornografía y, por tanto, de la construcción del imaginario social y personal de cada uno sobre la sexualidad. Internet posibilita un acceso universal y bastante inmediato a una cantidad de pornografía muy variada y disponible 24 horas al día y de manera muy accesible de tan solo haciendo un clic. Sin embargo, no creo que sea la llegada de Internet el único factor que determina el o que influye en la construcción del imaginario sexual colectivo de las nuevas generaciones, sino que es un fenómeno global y sistémico.

¿Qué impacto puede tener el acceso temprano a la pornografía en la igualdad de género y en los futuros comportamientos de los adolescentes?

Cuando una mente que está en desarrollo, como es la mente de una persona con 12 años, empieza a recibir este tipo de contenidos, empieza a construir su deseo sexual y su imaginario sexual en base a lo que ve más que en base a lo que vive. Con esas edades todavía quizás no tienen referencias personales en primera persona ni relacionadas con el mundo del sexo. Sus ideas y sus deseos se construyen en base a lo que vemos, más que en base a lo que vivimos. El consumo tan temprano de este tipo de vídeos puede llevar a representar o intentar o tener una presión por representar estos roles de género en los primeros encuentros sexuales y durante toda la vida sexual.

¿Cuáles son los desafíos psicológicos que los menores enfrentan al ser expuestos a contenido pornográfico?

El primer desafío psicológico se refiere a la construcción de la identidad como personas deseantes y como sujetos sexuales dentro de una sociedad. Dentro del desarrollo evolutivo, la adolescencia siempre se ha definido como una etapa centrífuga. Esto quiere decir que es una etapa muy dada al exterior, muy dada a los demás y a la importancia que los demás tienen en la construcción de ‘quién soy yo como persona’. Respecto a la identidad sexual, Internet ha modificado la influencia que siempre había tenido el grupo de iguales en la obtención de información respecto a la sexualidad. Otro desafío serían las características del ‘guión pornográfico’, de todas las cosas que suelen aparecer de una manera muy repetida y extendida en todo tipo de videos pornográficos. Esto puede influir y condicionar respuestas fisiológicas. Luego, en la vida real, voy a exigir eso a la otra persona o a las personas con las que comparta mi mundo sexual, porque es lo que voy a necesitar para llegar a la excitación.

¿Qué papel juega la educación sexual en esta problemática? ¿Se está gestionando de la mejor forma desde los centros educativos? ¿Qué carencias presenta?

Ante esta realidad la educación sexual toma un papel creo que todavía secundario y no tanto protagonista. Hay numerosos estudios que indican que el principal motivo por el que acuden los adolescentes al visionado de pornografía es para aprender, para conocerse, para saber cuáles son las prácticas que supuestamente las otras personas desean. Creo que hemos suspendido en esto y que hemos relegado el papel de escuela al ámbito pornográfico, al ámbito digital. Por eso, la educación sexual tiene que presentarse como una alternativa igualmente válida, una alternativa para que niños y adolescentes tengan herramientas demostradas y validadas. Es un reto que creo que todavía nos está costando alcanzar. Sí que llevamos muchos años intentando situar la educación sexual en el centro de muchas políticas, en el centro de muchas legislaciones educativas, pero se sigue mostrando o se sigue incluyendo la educación sexual, que es verdad que se empieza a incluir, pero de una manera transversal.

¿Cómo las medidas propuestas por el Gobierno para la restricción de acceso a la pornografía podrían ayudar a mitigar esos desafíos?

Me parece que es muy complicado entender cómo estas medidas podrían afectar a estos desafíos a nivel psicológico. La prohibición muchas veces tiene que ir de la mano de la educación. No puedo entender la prohibición sin la educación. En la adolescencia, todo lo que está prohibido genera curiosidad e interés y, si lo vendemos como una prohibición, al final encontrarán las maneras de llegar a ello. Creo que van a ser medidas muy técnicas, que se van a centrar mucho el debate en la protección de datos de los menores. Me parece muy bien que empiecen por proteger a los menores de contenidos violentos sobre todo, pero también habría que educar a toda la sociedad acerca de este tipo de contenidos, no solo a los menores.

Dada la facilidad con la que los menores evaden los controles de edad en las redes sociales, ¿crees que estas medidas gubernamentales pueden superar esa brecha?

Igual que pienso y confío en que los avances tecnológicos pueden encontrar cómo superar esa brecha, también pienso que ‘hecha la ley, hecha la trampa’. Igual que se avanzará en cómo superar esa brecha, se avanzará en cómo volver a recuperarla. Creo que no tenemos que tener miedo a hablar con los niños, con los adolescentes del porqué de las cosas y de la justificación. Todas las personas, desde niños muy pequeños hasta los más mayores, cuando entendemos las causas de las decisiones que se toman, somos mucho más capaces de aceptarlas y mucho más capaces de entenderlas y, por tanto, actuar de una manera coherente con lo que se busca.

En el centro, ¿cómo es la percepción de la implantación de esta app? ¿Veis viable la propuesta? ¿Cuál creéis que sería la forma correcta de plantear un cambio real?

La implantación de esta aplicación se recibe con un poco de desconfianza porque no está muy bien explicado en qué consistiría, cómo sería el tipo de acceso a esa aplicación, quién lo gestionaría o cómo se abordaría. En mi centro no se confía mucho en que se vaya a tener en cuenta todo lo que en principio debería tener para para que resultase 100% efectiva. No la vemos del todo viable sin educación. Creemos que la forma correcta de plantear un cambio real sería a base de educación sexual integral, centrada en la persona e implantada de una manera sistemática y a nivel nacional en las leyes educativas nacionales, desde las más globales hasta las que van desarrollando cada comunidad autónoma en sus parcelas y ámbitos de actuación.