Una startup estadounidense ha desarrollado una aplicación de reconocimiento facial que rastrea millones de fotografías extraídas sin permiso de internet y las redes sociales en busca de información sobre individuos concretos. La app, Clearview AI, está siendo utilizada ya por cientos de organismos policiales y de investigación de Estados Unidos pero su uso viola los límites de la privacidad y podría cambiar la forma en la que caminamos por la calle de forma anónima.

Una investigación del diario The News York Times ha levantado la liebre sobre Clearview y ha puesto en guardia a los responsables de Facebook y otras redes sociales, que ya han advertido de que la extracción de las imágenes que los usuarios suben a su plataforma viola los términos de servicio de su sitio y ha anunciado una investigación sobre el caso.

Clearview ha extraído automáticamente millones de fotografías de personas halladas en sitios de empleo, webs de noticias, educativas y redes sociales como Facebook, YouTube, Twitter o Instagram y las ha convertido en fórmulas matemáticas y vectores basados en geometría facial. Cuando alguien sube la foto de un individuo a Clearview, la herramienta rastrea en cuestión de segundos las que tiene almacenadas en busca de imágenes públicas de esa persona, y, por tanto, de información sobre los usuarios que las han subido a Internet.

La herramienta, aunque aún no ha desarrollado la función, también está preparada para ser empleada con gafas de realidad virtual. Eso permitiría a un usuario, por ejemplo, escanear a cualquiera que se encuentre por la calle y acceder de manera inmediata a toda la información que sobre ella aparezca en Internet.

Según el reportaje del diario estadounidense, sin hacer ruido y a través de cuotas muy asequibles, Clearview, creada por el emprendedor australiano Hoan Ton-That, está siendo utilizada ya por 600 cuerpos de seguridad de Estados Unidos gracias a su eficacia para identificar a delincuentes.

Sin saber muy bien cómo funciona ni qué hay detrás de ella, las agencias federales y estatales estadounidenses que están empleando Clearview han reconocido haberla usado para ayudar a resolver casos de hurto, robo de identidad, fraude con tarjetas de crédito, asesinato y explotación sexual infantil.

Los departamentos de policía han tenido acceso a herramientas de reconocimiento facial durante casi 20 años pero, hasta ahora, se limitaban a buscar imágenes proporcionadas por el Gobierno, como las que almacena en sus bases de datos procedentes de los carnés de conducir o de los historiales delictivos.

La tecnología de reconocimiento facial despierta enormes recelos porque colisiona directamente con la protección de la privacidad

El reportaje de The New York Times relata algunos casos resueltos por los agentes, en los que el uso de fotografías de mala calidad y parciales del rostro de los delincuentes han servido para, a través de Clearview, poder dar con los individuos responsables de los delitos cometidos.

La tecnología de reconocimiento facial despierta enormes recelos porque colisiona directamente con la protección de la privacidad. Las grandes tecnológicas, capaces de lanzar al mercado herramientas de este tipo se han abstenido de hacerlo; algunas ciudades como San Francisco han prohibido a la policía usar tecnología de reconocimiento facial; y ahora la Unión Europea se plantea retrasar su implementación en el territorio durante al menos cinco años. En otros países, como en China, el Gobierno emplea tecnología de reconocimiento facial, criticada desde el exterior porque puede ser empleada para controlar a la población.

En este caso, además, Clearview conlleva riesgos adicionales porque las agencias policiales que las utilizan están cargando fotos confidenciales en los servidores de una empresa cuya capacidad para proteger sus datos no se ha probado.