Además, el hecho de estar confinados en casa puede constituir la excusa perfecta para dejar de cuidarse, tanto en el plano físico como emocional. ¡Sigue estos consejos para que no te pase!

Mantener las rutinas

Una de las básicas para que nuestro bienestar físico y emocional no salte por los aires es tratar de mantener la normalidad dentro de lo posible. A pesar de tener en cuenta que no atravesamos una situación normal. Esto nos ayudará a conservar la calma, facilitará nuestra convivencia y hará que el manejo de las tareas domésticas no se venga abajo.

Para ello, deberíamos empezar por levantarnos a la misma hora de siempre, desayunar como de costumbre y asearnos antes de iniciar la jornada. Aunque ésta vaya a transcurrir en el interior de nuestro hogar. Asimismo, no se recomienda estar todo el día en pijama, como cuando se está enfermo en casa. Aunque sea con ropa cómoda o menos formal que de rutina, hay que vestirse para vivir en casa.

Por otro lado, es conveniente establecer un horario para las comidas. Y respetarlo siempre que sea posible. Lo mismo se aplica para el reparto de tareas en el hogar y, en caso de estar teletrabajando, para cumplir el horario y los cometidos relacionados con nuestra jornada laboral. Mantenerse ocupado con una planificación determinada ayuda a combatir la impotencia que suele ir asociada a estas situaciones de encierro.

Por otro lado, no salir de casa no debería convertirse en un pretexto para descuidar nuestra higiene personal. De esta forma, es importante ducharse, peinarse, cepillarse los dientes después de cada comida. Y, por supuesto, lavarse las manos frecuentemente con agua tibia y jabón; una recomendación muy importante ahora que se trata de impedir la propagación del virus.

Según las autoridades sanitarias es importante que esta operación de lavado se haga correctamente, dure al menos 20 segundos y que se repita siempre que volvamos de la calle (a la que hay que salir únicamente en los supuestos que contempla el estado de alarma), antes y durante el cocinado o la manipulación alimentos, antes de comer, después de ir al baño…

En este sentido, también recuerdan que no es necesario ni conveniente fabricar gel hidroalcohólico en casa, ya que se trata de un proceso que han de llevar a cabo los profesionales farmacéuticos. De lo contrario, podemos sufrir alteraciones en la piel de las manos.

Para facilitar la convivencia y no generar tensiones, es conveniente que todos los miembros de la familia participen en las tareas de organización e intendencia de la casa para no sobrecargar solo a los adultos. Cada integrante del hogar puede aportar su granito de arena para hacer más llevadera la situación de aislamiento; solo es cuestión de repartir las tareas y tener ganas de ayudar.

Alimentación

Estos días de confinamiento son idóneos para recuperar o promover uno de los hábitos más saludables que existen en lo relativo a la alimentación: cocinar y comer en casa.

Puede que hayas hecho una compra más abundante de lo normal. Así que puedes aprovechar para hacer comida casera, racionarla en envases herméticos y guardarla en la nevera o el congelador. Los platos de cuchara y los guisos son idóneos para poner en marcha este consejo.

Para llenar la despensa, la nevera y el congelador, recurre a conservas de calidad, pescado limpio y verduras frescas que hayan sido congeladas sin precocinar. Como alimento seco, escoge pasta y arroz integral, quinoa y legumbres que puedes preparar de mil maneras.

No dejes escapar la oportunidad de inculcar a los más pequeños el gusto por la cocina y los alimentos no ultra-procesados.

¡Prepara bizcochos y galletas caseras con ingredientes frescos y naturales y atreveos a hornear vuestro propio pan! Es una ocasión única para unir diversión en familia y hábitos saludables.

Diseña un menú equilibrado rico en frutas, verduras y otros alimentos de origen vegetal. Acompáñalos de proteínas de calidad procedentes de carnes magras y pescado. Rescata las legumbres y ponlas en la mesa tres o cuatro veces por semana en guisos, pero también en ensaladas y salteados.

No cometas excesos con la excusa de que hay más cantidad de comida en casa. Compra con sentido común y raciona los caprichos poco saludables. Y para momentos en que no puedas evitar el picoteo, acuérdate de las frutas, las verduras crudas o los frutos secos.

Ocio

Los planes de ocio en casa también tienen su atractivo. Echa mano de tu memoria y recuerda todo eso que hacéis en familia para divertiros cuando el clima no acompaña. Es tiempo de rescatar los juegos de mesa, de ponerse al día con buenas películas, de leer libros, pintar, colorear, hacer pasatiempos… y jugar a disfrazarse, a las películas y a todo eso para lo que normalmente no tenemos tanto tiempo.

¿Una idea para el cine en casa? Pon a los peques a dibujar, colorear y recortar las entradas. Preparad una merienda saludable con brochetas de fruta, ese bizcocho que habéis cocinado antes, palomitas caseras, agua, batidos de yogur y fruta… vestíos como si fuerais a salir al cine y quedad en el salón a la hora acordada. Silenciad los móviles, listos y… ¡acción!

Aprovecha las nuevas tecnologías no solo para teletrabajar. Organiza una quedada virtual con la familia y amigos para veros las caras… pero cada uno desde su casa, ¡y pasadlo bien!

Bibliotecas virtuales, libros online, visitas guiadas a museos de todo el mundo, conciertos y música en streaming… el ocio cultural también te ofrece muchas posibilidades sin necesidad de poner un pie en la calle; aprovéchalas.

Actividad física

El sedentarismo es uno de los mayores enemigos de tu salud y bienestar y es cierto que una de las opciones más recomendables para mantenerse activo es salir de casa. No obstante, a situaciones excepcionales; soluciones imaginativas.

Rastrea la web en busca de gimnasios virtuales, canales de YouTube y blogs con recomendaciones para hacer estiramientos, yoga, Pilates ¡e incluso ejercicio cardiovascular intenso! Todo ello desde tu propio hogar.

Hay montones de ejercicios de diferente intensidad que no necesitan mucho espacio y que pueden llevarse a cabo sin ningún tipo de material adicional como, por ejemplo, sentadillas, planchas, puentes, flexiones, baile y pequeñas coreografías, saltar a la comba, abdominales, carrera en el sitio… si además tienes una esterilla y un balón puedes ampliar el rango y la dificultad mucho más.

Puedes trabajar la fuerza y la resistencia de los brazos haciendo ejercicios con pequeñas mancuernas y bandas elásticas. Si no tienes estos artículos en casa, prueba a sustituirlos por tetrabricks o paquetes de legumbres.

Eso sí, si vas a hacer ejercicio en casa, observa las mismas precauciones que si fueras al gimnasioen lo referente al calentamiento, ritmo y estiramiento posterior para evitar lesionarte o hacerte daño. No te dejes llevar por el entusiasmo y sé realista adaptando las rutinas a tu forma física; ¡lograrás resultados mucho antes de lo que piensas!

Teletrabajo

Las ventajas del teletrabajo son innumerables en cuanto a rendimiento y productividad. Sin embargo, también tienen su parte menos positiva, sobre todo si no estás acostumbrado a ello. Si en estos días de aislamiento tienes la posibilidad de trabajar desde casa, aprovecha las ventajas de no tener que desplazarte ni soportar los interminables atascos de las grandes ciudades.

No obstante, ten en cuenta que debes hacer un esfuerzo para organizarte y cumplir con unos horarios y unos objetivos, para que tu rendimiento sea tan bueno como en el trabajo presencial.

De esta forma, aunque pudiera haber margen para una mayor flexibilidad horaria, trata de seguir lo más fielmente posible tu horario laboral habitual. Realiza las paradas oportunas para comer o tomar algo a media mañana y procura levantarte de la silla a menudo, aprovecha para estirar las piernas, mover el cuello, beber agua…

Busca un lugar fijo en casa que esté bien iluminado y tenga un asiento cómodo que te permita adoptar una postura erguida como la que tienes en la oficina. Sigue las normas básicas de ergonomía en la medida en que te sea posible para evitar dolores o molestias por posturas forzadas.