En muchas ocasiones, hasta que no empieza a llover, nos nos damos cuenta del mal estado de los limpiaparabrisas de nuestro vehículos. Sin embargo, para garantizar nuestra correcta visibilidad y por tanto nuestra seguridad, es primordial prestarles la atención debida.

Para evitarte sorpresas desagradables, a continuación encontrarás unos sencillos consejos para su mantenimiento.

Mantener las escobillas

Conviene limpiar las escobillas periódicamente de restos de suciedad y grasa. Para ello es aconsejable pasar un paño con agua, sin usar productos químicos para no dañar las láminas de goma.

Es el momento para comprobar que las escobillas no están torcidas y que se adaptan perfectamente al parabrisas del coche. En caso de no ser así, hay que corregir esa posición de forma manual.

Si el vehículo va a estar aparcado en la calle expuesto a heladas o nevadas, es aconsejable poner un cartón o un plástico entre las escobillas y el parabrisas.

Si el parabrisas está congelado o hay mucha nieve, no debes activar los limpiaparabrisas ya que las propias escobillas o el motor del dispositivo pueden dañarse al atascarse o pegarse por la nieve o el hielo.

También conviene poner anticongelante en el líquido limpiaparabrisas para evitar que la lengüeta de goma de la escobilla se congele y se rompa.

Circuito del líquido del limpiaparabrisas

Aunque parece obvio, es importante comprobar que el depósito de los limpiaparabrisas tiene líquido, sobre todo cuando llegan las primeras lluvias. Si no es así, debemos rellenarlo con un líquido adecuado que incorpore anticongelante para evitar que se congele en caso de que bajen mucho las temperaturas.

Si comprobamos que el depósito se descarga con frecuencia, hay que revisarlo bien porque quizá exista una fuga, por lo que habría que cambiarlo o repararlo.

Un punto importante a revisar son los agujeros por los que sale el líquido hacia el parabrisas. Deben estar limpios y bien orientados.

Comprueba que cuando sale el líquido cubre la mayor cantidad posible de superficie del cristal de manera uniforme. De no ser así, puedes orientar las salidas de líquido usando un alfiler, pero si vemos que no lo logramos, hay que acudir a un taller.

¿Cuándo debemos cambiar las escobillas?

Lo aconsejable es revisarlas una vez al año, aunque siempre debemos estar atentos a no llevarlas muy deterioradas, especialmente en los meses de otoño porque si nos sorprende la lluvia con la goma de los limpiaparabrisas dañada o endurecida, la visibilidad se verá afectada dejando huellas en el cristal.

No sólo el paso del tiempo endurece y daña la goma, otros enemigos son los cambios de temperatura y la contaminación. Por eso, si al poner en funcionamiento el limpiaparabrisas, escuchas ruidos y aprecias saltos bruscos, además de las huellas en el cristal que hemos mencionado antes, sabrás que ya es urgente cambiarlas.

Y recuerda que unos limpiaparabrisas en mal estado pueden llegar a provocar daños al cristal.