La movilidad sostenible gana peso en el debate público, pero todavía encuentra resistencias cuando se traduce en decisiones de compra. Según el estudio, seis de cada diez españoles consideran que los vehículos electrificados resultan demasiado caros. Esta percepción es especialmente elevada en comunidades como Cantabria (81,8%), Navarra (80%) o Extremadura (77,8%), según el estudio del Observatorio Midas de la Movilidad.

Más trabas que el precio

Aunque el coste inicial es el obstáculo más señalado, no es el único. Casi la mitad de los encuestados (47,2%) muestra preocupación por la escasez de infraestructuras de carga, mientras que un 28% señala las dificultades del uso cotidiano y la recarga como freno adicional.

A estas barreras se suma la incertidumbre sobre el mantenimiento. Más de la mitad de los españoles (54,9%) teme costes desconocidos en reparaciones, el 43,8% percibe una falta de talleres especializados y el 34,4% considera difícil encontrar repuestos adecuados.

“En Midas trabajamos cada día para reducir esas dudas y dar tranquilidad al automovilista. Contamos con profesionales capacitados y soluciones adaptadas para acompañar a los conductores en esta transición hacia una movilidad más sostenible”, explica Jocelyne Bravo, directora de Marketing y Comunicación de Midas España.

La encuesta también refleja las tensiones entre conciencia ambiental y economía doméstica. Un 44,7% de los participantes reconoce que da importancia a la sostenibilidad, pero acaba priorizando el precio en la compra. Un 32,3% asegura que intenta elegir siempre opciones más respetuosas con el medio ambiente, mientras que un 17% admite que no le concede demasiada relevancia.

“Estos datos muestran que la movilidad sostenible está en la mente de los españoles, pero todavía queda camino para que se convierta en una realidad accesible y cotidiana. La clave está en eliminar las barreras económicas y de infraestructura que hoy frenan esta transición”, añade Bravo.

Ciudades y transición en marcha

El estudio también pregunta por la percepción sobre la adaptación de las ciudades españolas a la movilidad sostenible. Para el 40,4% de los encuestados, las urbes están parcialmente preparadas pero necesitan mejoras. Un 26,6% opina que no están listas y solo un 18,1% cree que la infraestructura actual es adecuada, con medidas como los carriles bici o los puntos de carga.

En cuanto a las prioridades para los próximos cinco años, los ciudadanos apuestan por ampliar la red de recarga eléctrica (57%), mejorar el transporte público ecológico (49%), incentivar la compra de vehículos sostenibles (49%) y reforzar la concienciación social (32%).

De cara al futuro, un 38,4% considera que los híbridos dominarán el mercado, un 22,2% apuesta por los eléctricos puros y un 21% cree que los motores de combustión modernos seguirán teniendo presencia relevante.

La transición hacia una movilidad más limpia no depende solo de la voluntad individual, sino de un esfuerzo conjunto que abarque precios accesibles, infraestructuras fiables y políticas de apoyo. Solo eliminando estas barreras se logrará que la movilidad sostenible deje de ser una aspiración y se convierta en una opción real para la mayoría de los ciudadanos.