Alemania es el principal fabricante de automóviles en la Unión Europea y ha protagonizado diversos enfrentamientos en las negociaciones comunitarias para respaldar que los combustibles sintéticos son una alternativa mejor y más sostenible en comparación con el motor de combustión.
Esta discrepancia entre opiniones, ha llevado a Alemania a bloquear o buscar la reapertura de acuerdos previamente cerrados en tres ocasiones este año, siendo la última relacionada con los camiones y una directiva sobre la responsabilidad ambiental de grandes empresas. Estas tensiones recuerdan a otras que también se han observado recientemente en otros países de la UE, como Francia, generando críticas y tensiones en la toma de decisiones comunitarias.
Objetivos de reducción de CO2 en camiones y autobuses
El texto acordado entre los Estados miembros, la Eurocámara y la Comisión Europea el pasado 18 de enero, se mantiene como esta actualmente en relación con la descarbonización del transporte pesado. Sin embargo, los nuevos objetivos establecen que, tanto camiones como autobuses, deben reducir sus emisiones de CO2 en un 90% para el año 2040 con respecto a los niveles de 2019. Los autobuses urbanos deben alcanzar este umbral en 2030 y llegar a emisiones cero en 2035, por lo que su plazo es más reducido.
La normativa que abarca vehículos profesionales como camiones de basura, volquetes y hormigoneras, dicta que los vehículos pesados, son responsables del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte por carretera de la UE. Para 2030, deberán reducir sus emisiones en un 45% y, para 2035, las emisiones deberán haberse reducido en un 65%. El objetivo final de una reducción del 90% en 2040.
El acuerdo sobre emisiones de camiones debe ser aprobado por todo el Parlamento Europeo. Sin embargo, la organización Transporte y Medioambiente (T&E) está preocupada por la inclusión de combustibles electrónicos, ya que los considera una desviación costosa en lugar de avanzar hacia vehículos eléctricos. T&E insta a la Unión Europea a proporcionar claridad a la industria y a garantizar que los objetivos de reducción de CO2 para camiones entren en vigor sin demoras.
