El informe de la Unviersidad de Columbia Británica en Canadá ha detectado un incremento del 43 % en el riesgo de muerte de peatones en la noche más terrorífica del año. En especial, para los niños de 4 y 8 años, el riesgo es 10 veces mayor esta noche que el resto.

Los investigadores creen que la combinación de trajes oscuros, la emoción y el alcohol hace que las calles sean más peligrosas para los pequeños que deambulan para recolectar caramelos mediante 'truco o trato', una costumbre muy popular en América del Norte y que también ha llegado a España.

Para llegar a esta conclusión el doctor Staples y sus co-investigadores examinaron 42 años de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras sobre accidentes fatales de tráfico en Estados Unidos entre 1975 y 2016.

Los científicos compararon el número de muertes de peatones por atropello entre las 17.00 horas y la medianoche en Halloween con la misma hora una semana antes y una semana más tarde.

Los investigadores encontraron que el promedio de Halloween resultó en cuatro muertes adicionales de peatones. El incremento en el riesgo se produjo a lo largo de Estados Unidos y casi todas las muertes adicionales fueron niños o adultos jóvenes. La hora más peligrosa fue entre las 17.00 y las 20.00 horas.

Algunas medidas que podrían reducir esta peligrosidad como calmar el tráfico residencial, controlar la velocidad del vehículo y la incorporación de parches reflectantes en la ropa exterior podrían mejorar la seguridad de los peatones durante todo el año.

Aunque las muertes de peatones han mejorado en las últimas décadas en Estados Unidos, las colisiones de tráfico causan la muerte de más de 4.500 peatones en el país anualmente, señala el coautor del estudio Donald Redelmeier, profesor de la Universidad de Toronto. "Un peatón muerto no puede volver a la vida.

Sin embargo, para los investigadores, casi todas estas muertes se pueden evitar con un pequeño cambio en el comportamiento, como no conducir tras haber consumido alcohol, reducir la velocidad en las zonas residenciales y sugerir a los padres que vigilen más a sus hijos cuando estos vayan de una casa a otra para pedir golosinas.