Lo primero, aunque parezca obvio, es que realizar la puesta a punto del vehículo una vez al año es fundamental, sobre todo en los modelos de más antigüedad. Sin esta premisa la eficacia de los consejos que te vamos a dar a continuación se verá muy mermada.
Seguir con regularidad las siguientes pautas te permitirá ahorrar hasta 500 euros al año y además reducir el nivel de emisiones y alargar la vida útil del vehículo y muchos de sus componentes.
Evita el exceso de carga
El conductor español tiene tendencia a convertir el maletero del coche en una especie de trastero donde tiene cabida todo lo que uno se pueda imaginar y en realidad hoy en día son necesarias muy pocas cosas. Así que lo primero antes de iniciar el viaje es que hagas limpieza.
Ten en cuenta que cuanto más peso lleves en el vehículo, mayor será el consumo. ¿Sabías que los portaequipajes de techo pueden aumentar hasta un 40% el gasto de combustible?.
Pero si el maletero se te queda pequeño, y no tienes más remedio que instalar uno recurre a un baúl o portaobjetos de techo cerrado y con formas aerodinámicas. Evita poner los bultos atados con pulpos a una baca, ya que, además de peligroso, aumentará mucho el gasto de combustible.
Presión correcta de los neumáticos
A la hora de reducir el consumo es muy importante llevar la presión adecuada en los neumáticos. Según el RACE, “conducir usando neumáticos con una presión de 0,5 bares inferior a la recomendada por el fabricante hace que el consumo aumente en un 2% en áreas urbanas y un 4 % en las interurbanas”.
Ten en cuenta que si vas a realizar un viaje con mucha carga de equipaje, hay que aumentar la presión con la referencia del fabricante indicada en la tapa de la gasolina o en el marco de la puerta. De no hacerlo, aumentará el consumo y se incrementará el desgaste del neumático obligando a adelantar su sustitución.
Recuerda que existen en el mercado un tipo de neumáticos de baja resistencia a la rodadura, ideales para ayudar a reducir el consumo (hasta un 3%) y con precios muy similares a los neumáticos normales.
Marchas largas mejor que cortas
Al arrancar el coche evita pisar el acelerador porque supone un consumo innecesario de combustible y el vehículo regula de forma automática el encendido.
Al empezar a moverte hazlo con la primera marcha puesta y sin abusar del acelerador. Lo recomendable es cambiar a segunda tras cinco metros recorridos, no más.
Recuerda que acelerar de forma progresiva hará que consumas menos carburante.
Evita apurar las marchas cortas a no ser que arranquemos en una cuesta muy pronunciada. Toma como referencia que antes de llegar a 50 km/h ya deberías haber engranado la 4ª o 5ª marcha.
El gasto de combustible se reduce de forma muy marcada con la tendencia a conducir en la marcha más larga posible, incluso en ciudad respetando los límites. Los motores actuales responden bien aunque circulemos en marchas largas a muy bajas revoluciones con el motor muy desahogado y consumiendo lo mínimo.
Si tu coche no cuenta con el sistema Start/Stop, es muy recomendable que en ciudad pares el motor en las detenciones.
Velocidad constante y anticipación
Está comprobado que entre el 30 y el 50 % del gasto de combustible depende de la manera de conducir de su propietario.
A más velocidad mayor es el consumo de combustible. Por eso te recomendamos conducir a una velocidad moderada y constante, sin acelerar, ni frenar de forma innecesaria y manteniendo la distancia de seguridad adecuada con el vehículo que nos precede. Esto te dará más tiempo de maniobra y anticipación ante imprevistos, además de favorecer una conducción eficiente y segura.
En la salida de los semáforos acelera de una manera progresiva y cambia aprovechando el mejor rendimiento del motor. De lo contrario llegarás al siguiente semáforo algunos segundos antes que el resto, pero consumiendo tres veces más.
También sería interesante, si es posible, anticiparse y dejar de acelerar. Si vemos a lo lejos un vehículo que circula más despacio que nosotros, anticípate y levanta el pie del acelerador, deja rodar al vehículo con la marcha engranada para llegar con inercia en retención sin gasto de combustible. Así, el motor actuará como freno y el consumo será cero.
Esto es mucho mejor que seguir acelerando hasta dar alcance al vehículo que nos precede y frenar para, más tarde, tener que recuperar esa velocidad para lo que el motor tendrá que revolucionarse de nuevo con el consiguiente gasto. Anticiparse permite no solo ahorrar combustible, sino también pastillas de freno.
Así debes conducir en las pendientes
Al subir una pendiente es recomendable retrasar todo lo posible la reducción de las marchas y acelerar de forma ligera. En las bajadas es más eficiente circular con marchas largas y dejar al coche que ruede por su propia inercia, siempre con sea posible realizarlo con seguridad.
Ventilación adecuada
Llevar el aire acondicionado o la calefacción conectados sin necesidad supone que el consumo aumente entre un 10 y un 20 %. Por eso hay que optimizar su uso. Las ventanillas deben ir cerradas en carretera porque todo lo que suponga romper la aerodinámica del vehículo está asociado irremediablemente a consumir más.
Planifica la ruta antes de salir
Por último revisa el itinerario antes de salir y consulta el estado del tráfico. Esto ayuda a elegir el trayecto más económico y prevenir atascos.
Es aconsejable consultar la web de la DGT donde se informa en tiempo real sobre todo tipo de incidencias (retenciones, obras, lluvia, itinerarios alternativos...) que nos evitarán gastar combustible en atascos. Además, si nuestro destino es nuevo, lo ideal será dejarse guiar por un navegador que nos aconsejará la mejor ruta.